Tesa Arranz (Valencia, 1960) ha dicho que se acostó con Paul Simonon, el bajista de los Clash, que Las Costus eran mentira (asegura que pintaban sobre diapositivas puestas en la pared), que Alaska no ligaba nada, que la heroína no fue tan mala y que por eso no se le puede culpar de todo. Se hizo famosa a los 18 años al formar parte del grupo Zombies, liderado por Bernardo Bonnezzi. Tesa apenas cantaba y bailaba a su manera, pero su presencia y su manera de moverse han quedado inmortalizadas como símbolos de la Movida. Con una sensibilidad artística fuera de lo común, Tesa, tras alejarse de ese alocado mundo, se refugió en la pintura y la escritura. Volvió a su Valencia natal y, entre cuadro y cuadro (en su mayoría, retratos de extraterrestres), ha escrito poesía y varias novelas, todas inéditas. Hasta la fecha, pues al fin se atreve a mostrar al público una de sus obras literarias con tintes autobiográficos.
Durante el transcurso de la presentación, se contará con la presencia de tres personas que acompañarán a Tesa Arranz: Ouka Leele (sus fotografías coloreadas con acuarela forman parte del imaginario de la Movida, tanto o más que los carteles de Iván Zulueta o las portadas de los discos de Mecano), Jesús Ordovás (periodista, considerado uno de los principales impulsores de la movida madrileña, dicen que el término "La Movida" fue creación suya) y Germán Pose (autor, entre otros, de 'La mala fama', un libro de confesiones de aquellos supervivientes de la movida madrileña en el que destaca precisamente el artículo sobre Tesa Arranz. Es autor del prólogo de `Serena a los once´).
Así empieza 'Serena a las once':
"Serena se ha quedado huérfana, pero no está triste porque no congeniaba con sus padres, así que ¿por qué tendría que echarles de menos? Serena es práctica. Serena, que no es una niña muy normal, está más bien inquieta y expectante por el rumbo que pueda tomar ahora su vida. Serena tiene once años, la regla y tetas, aunque no por ello va a dejar que se las toquen (y eso que tiene tres novios). A Serena la llaman Pinki y siempre está pensando. Piensa, por ejemplo, que si su abuela se muriese sí que lloraría, porque no puede vivir sin ella. Sin embargo, a Serena no le gusta comerse el coco, aunque desde hace algunos días no para de hacerlo… porque se ha enamorado del novio extranjero y alcohólico de su querida tía, con quien ahora viven su hermano y ella... "
[Fuente: Editorial Barrett]
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