9 dic 2025

El rock español pierde a su último titán: muere Jorge Martínez, líder de Ilegales, a los 70 años

Se ha muerto Jorge Martínez (Jorge "Ilegales", Jorjón) y el rock español acaba de perder a su último titán, uno de los pocos guitarristas y cantantes de su generación que seguía en activo a sus setenta años. Este año había publicado "Joven y arrogante", decimotercer album de estudio de la banda asturiana "Ilegales", que lideraba desde los años ochenta. En septiembre tuvo que interrumpir la gira de presentación al habérsele detectado un cáncer. Ha fallecido en el Hospital Central de Asturias, donde esta ingresado desde hace días.

Nacido en Avilés el uno de mayo de 1955, hijo de un secretario judicial perteneciente a una familia con antecedentes nobiliarios, Jorge Martínez fue un niño curioso y peleón. Descubrió con solo tres años las imposturas de la vida cuando se percató de que las ranas de la fuente del Campo San Francisco eran de metal. También vivió amores infantiles que luego se colarían en sus canciones y, por encima de todo, descubrió el rock vía Elvis, "Los Beatles" y "Los Bravos". Le gustaba contar su estancia en un centro para niños-problema, su servicio militar, sus traslados siguiendo los destinos de su padre y, finalmente, su establecimiento en el Gijón de finales de los setenta. Aunque llegó a iniciarse en la Facultad de Derecho, la música ya le había convertido en un profesional. Con el carné de circo y variedades que obtuvo en los bajos del teatro Filarmónica se inició en el mundo de las orquestas de la mano de Manolo Carrizo y su conjunto y allí encontró su "chitlin circuit" (el circuito donde se entrenaron todos los músicos del blues y el soul en Estados Unidos en los 60).

Apasionado tanto por "Sex Pistols" como por "Attractions" o "Police", Jorge Martínez quiso subirse muy pronto a la new wave y ensayó sus primeras canciones, muchas de las que luego aparecerían en los primeros discos de "Ilegales" con "Madson" o "Los Metálicos". Aunque en esas bandas, donde también estaba su hermano Juan Martínez (que luego formaría "Los Ruidos"), coqueteó con sonidos más lisérgicos, Jorge Martínez reduce la formación al trío básico de rock con David Alonso a la batería, que ya había estado en sus primeras bandas, y con Íñigo Ayestarán al bajo. Es esa formación la que sale vencedora de la Primera Muestra de Pop Rock de Asturias en 1982, teniendo la oportunidad de grabar tres canciones en un album colectivo. Registran en Estudios Norte, con Pedro Bastarrica y René de Coupeaud, que durante los ochenta serían sus productores de referencia, tres canciones son himnos en la historia del rock español: "La fiesta", "Princesa equivocada" y "Europa ha muerto". De forma muy rápida, discos Arrebato les graba ese mismo año el single con "Revuelta juvenil en Mongolia" y "La pasta en la mano", otro golpe directo al estómago de un rock urgente, violento, con letras igual de afiladas y precisas. El disco "Ilegales", su debut, no tardaría en llegar, ese mismo año, aunque con una peripecia discográfica rocambolesca que le hizo pasar de la CBS a la Fonográfica Asturiana y que rescató e hizo posible, finalmente, el apoyo decidido de Víctor Manuel, en 1983.

El aterrizaje de "Ilegales" en la escena de La Movida de los ochenta fue una bomba. Hubo episodios luego muy repetidos de peleas en el Rock Ola y una sonido que dejó a todo el mundo asombrado. "¡Eran unos salvajes!", celebraba el crítico musical Jesús Ordovás. Para su nuevo disco, "Agotados de esperar el fin", intentaron un sonido más matizado, lo grabaron en Madrid y, aunque la banda no quedó a gusto, prosiguió su camino triunfal, ahora ya con Willy Vijande al bajo (reincorporado en los últimos años a la formación actual tras el fallecimiento de Alejandro Espina) en sustitución de Íñigo Ayestarán. En 1985 regresan a los estudios de Bastarrica y De Coupeaud para registrar "Todos están muertos", album que cierra la trilogía inicial de la banda.

El recorrido posterior de la banda trajo un disco en directo, cambios en la formación (la entrada de Rafa Kas al bajo en 1990 y la anterior de Alfonso Lantero a la batería) y un sonido con los nuevos matices de los teclados (Tolo de la fuente) y el saxo (Juan Flores). A esta época pertenecen los discos "Chicos pálidos para la máquina" (1988) y "(A la luz o a la sombra) Todo está permitido" (1990), con canciones tan emblemáticas como "Ángel exterminador", del primero, o "Canción obscena" y "Me gusta cómo hueles", del segundo.

Los años noventa incidieron en ese sonido en ocasiones más rhythm'n'bluesero, como en "Regreso al sexo quimicamente puro" (1992) y luego definieron una de las formaciones más estables de la banda, con la entrada de Alejandro Espina al bajo, que siguió tocando con Jorge Martínez hasta su inesperado fallecimiento en 2016 y de Jaime Beláustegui a la batería, hoy todavía en la formación. Depués de discos como "El corazón es una animal extraño" y "El apóstol de la lujuria", la banda se hace un homenaje con el directo "El día que cumplimos 20 año". El inicio de los años 2.000 trajo una nueva revisión del canon de "Ilegales" con el disco "126 canciones de Ilegales" y una gira de despedida que llevó a Jorge Martínez a anunciar el fin del proyecto para abordar, con casi los mismos músicos, un peculiar homenaje a las orquestas clásicas con J. M. y los magníficos. No duró mucho. En 2014 anunció el regreso de su proyecto principal y en estos últimos diez años ha estado sacando discos, girando como nunca por España y Latinoamérica y presentando el documental sobre su trayectoria "Mi vida entre las hormigas".

Genio y figura, Jorge Martínez fabricaba y coleccionaba soldaditos de plomo, se refugiaba en el palacio familiar de Bolgues y amaba las guitarras. Su vida fue el rock y la poesía. Deja una colección ingente de canciones y una forma de estar el mundo y encima del escenario inigualable.

[Fuente: Chus Neira para lne.es -Enlace original-]

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