Teo Serrano, adiós a un transgresor

Si hay algo que nos distingue en nuestro carácter identitario, es el poco reconocimiento que otorgamos a aquellos que precisamente, deben ser reconocidos por su obra y legado. En este País, está claro que tiene que morirse uno para que ratifiquen tu trabajo y observen desde un punto “pasado” todo su esfuerzo que durante años ha sido objeto de indiferencia y absoluta apatía.

Eran finales de los 70s cuando Teo ya aporreaba el bajo con la intención de cambiar un entorno, que en la Barcelona de aquellos años culminaba con los cantautores y la canción protesta. A la llamada de un anuncio publicado por Teo, en la búsqueda de músicos para montar una banda de rthythm & blues acudía Sabino Méndez, así surgirían Los Pintalabios o Los Rompecorazones, semilla de lo que acabarían siendo Los Intocables, junto a Juan “Caníbal”, Carlos Nadal y José María Sanz, Loquillo.

Loquillo y Los Intocables fueron una banda icónica que cambiaría la manera de ver el rock and roll y el punk en la España de principios de los ochenta y que más tarde daría lugar a otros proyectos de mayor relevancia, pero lo mejor de Teo Serrano estaba todavía por llegar. Su máxima expresión como rocker, punk y poeta llegaría como Teo y los Reincidentes. La banda parecía despegar con fuerza pero, los problemas con la compañía, además de otras cuestiones burocráticas como el registro del nombre “Reincidentes” del grupo, después de la gran aceptación de su disco “Lujuria Juvenil”, el grupo se disolvió y de ahí nació Teo S. Guzmán y los del Patio Salvaje. Nuevo proyecto y nuevo disco con “El derecho a ser diferente”.

Siempre incansable, siempre alzando la bandera del rock and roll por donde pasaba, Teo, sobre todo era un gran filántropo, un sabio que poseía dos grandes virtudes; una , estudiar a las personas, le encantaba escuchar y enriquecerse con las almas; dos, el domino de un léxico fuera de lo común, la astucia de saber jugar con las palabras, arte que usaba en sus canciones y libros, pero también en el día a día. Era un poeta urbanita, un erudito que usaba su sabiduría como arma letal en la caza del necio, del villano, siempre en la búsqueda de un mundo mejor, gratificando con cortesía y humildad a los que de buena voluntad actuaban.

Por la parte que me toca, os diré que Teo fue a parte de un gran amigo, un mentor y un guía en lo referente a la música y otras cosas de la vida. En los momentos de desánimo, siempre estaba ahí, con una certera objetividad. Para mí fue un gran honor tocar a su lado con el grupo Teorema, su último gran proyecto. Nos quedó en el tintero la ilusión de grabar un tercer disco, para el cual ya había temas sobre la mesa, pero la vida es así, los sueños se desvanecen de un día para otro, sin previo aviso y con la sensación de que en el tintero quedaron conversaciones, ideas, ilusiones….

Y sí, el reconocimiento a Teo Serrano llegará; quizás él no lo vea (… o sí) pero llegará, porque en su haber han quedado escritos, grabaciones inéditas, fotografías, vídeos y por supuesto, un gran legado que le avala, y los que le queremos vamos a reivindicar. El proceso ha empezado, la conversión, la metamorfosis de hombre a leyenda se ha iniciado.

El rock and roll es libertad, vive Teo Serrano!

[Redacción Nuevaola80. Lauren Jordan. Foto: Tere Gisbert]