El impacto que ha tenido el documental de Leo Cebrián y Paco Manjón “Ellas son eléctricas”, dedicado a las mujeres del Rock, y más concretamente del Heavy, ha sido considerable, sobre todo, porque se ha dado visibilidad a un buen número de bandas que, hasta ahora, permanecían totalmente olvidadas, así como muchas de las féminas que, total o parcialmente, fueron piezas esenciales de la historia de la música hecha en este este país. Como es el caso de Edhen y Exclava en los 80, y Posesión en la siguiente década, las tres formaciones donde militó nuestra invitada de hoy, Lola Ferro, vocalista de todas ellas Estamos pues ante una auténtica pionera de las que, como otras tantas, hicieron un trabajo fundamental abriendo camino a otras iniciativas donde el papel de las chicas empezó a tener la trascendencia que siempre merecieron. Lola visita Nuevaola80, en un alarde de generosidad, para dar buena cuenta de sus andanzas musicales y vivenciales.
Empezaremos por preguntarte acerca del documental "Ellas son eléctricas" ¿Crees que ha sido tan trascendente como se le supone? Pues verdaderamente pienso que sí, nunca se había reconocido lo suficiente el trabajo de las mujeres dentro del rock, y más del heavy, siendo este mucho más representativo y reservado a los grupos masculinos, en el caso de España al menos. En la mayoría de los casos, las mujeres eran tratadas más como objetos sexuales, a diferencia de los temas y videos extranjeros, por ejemplo. En aquel entonces no gozábamos del respeto que merecíamos como artistas, independientemente de nuestro sexo. Pienso que, quizás, en el documental podrían haber mostrado también a las mujeres que formábamos parte de las bandas en esos años, aunque no hubiéramos sido todas mujeres las que conformaban el grupo, porque realmente no había, que estuvieran dispuestas a arriesgarlo todo por un sueño. Pero muy agradecida, por dar presencia a las mujeres en este mundillo.
Antes de hablar de los grupos donde estuviste, nos gustaría hacer un pequeño homenaje a tu hermana Merce Ferro, bajista de Edhen y, anteriormente, fundadora de Belzeba, primer grupo heavy madrileño de sólo chicas. Háblanos de ella. Pues allá vamos. Yo era la que más estaba con ella, “porque ella era la imagen, donde yo me reflejaba”. Al principio yo quería ser la guitarrista que les faltaba, y no la cantante, porque estaba Mamen y ella tenía mejor imagen para lo que se buscaba (hablando de machismo. Risas) Los temas de Belzeba eran de Merce, Mamen, míos y del resto de las chicas, porque se hacían en colaboración y la que más entendía de música era Merce. Las otras chicas lo dejaron por problemas personales y Belzeba se fue al traste, M hermana quería montar otro grupo de chicas, y fue cuando nació Edhen. Al no encontrar guitarrista femenina, se buscó un chico que ya supiera tocar bien, por lo que entró Pedro Miguel Martin, (Richi). A la batería Raquel Santa María García "Peque", que creo que fue la mujer más joven tras los parches de un grupo heavy, ya que contaba con tan solo 15 años. A la voz María del Carmen "Mamen", también una de las primeras vocalistas heavy femeninas Y al bajo, Merce Ferro, del mismo modo, de las primeras bajistas del género
Hablando antes de machismo mi hermana tuvo que dejar el grupo porque se quedó embarazada y, como ocurría antiguamente, se casó con su novio y empezó a llevar la vida esperada, la mujer y madre, desviándose de su camino. Aquí es donde se acaban los sueños de mi hermana como bajista. Fue el comienzo del fin de su vida musical, la frustración y la enfermedad terminaron con su vida... Una cosa importante quiero de decir de mi hermana, pues fuimos afectadas por el aceite de colza en 1981 y estuvimos todos muy enfermos, y en el caso de Merce, le tocó estar hospitalizada un año, en los que su cuerpo sufrió una terrible y dolorosa degeneración muscular, sobre todo, en sus manos. Le quedaron secuelas hipertensión pulmonar., además de las psíquicas. Nos alcanzó a toda la familia a diferentes niveles. Comenzaron las interminables sesiones de rehabilitación, fisioterapia, tratamientos varios, con el fin de poder recuperarnos. El carácter y la valentía con los que Merce afrontó el problema le dio fuerzas para luchar y sobreponerse mostrando ese gen creativo e innovador que poseía. Siguió tocando el bajo a pesar de las secuelas que acarreaba, por lo que tenía mucho más mérito si cabe, ya que muscularmente estaba muy afectada.
Merce, en aquellos momentos separada de un marido que le dio mala vida, murió de hipertensión pulmonar, dejando dos hijas (Saray y Samantha, de 6 y 4 años) que pasaron a ser educadas por unos abuelos destrozados por la irreparable pérdida.
Esta es la pequeña historia de una gran persona, mi adorada hermana Merce Ferro. Ella era especial.
En aquellos lejanos años 80, la imperante presencia masculina en los grupos de todo ámbito se hacía patente ¿Costó mucho que las mujeres pudieran reivindicar su sitio? Pues por mi parte sí. En el grupo mandaban los chicos. Conocía a Azucena de Santa, las chicas de nuestro grupo y ya. Pero los otros grupos tampoco eran especialmente machistas, depende, habían unos que sí otros que no. En cambio el público y la familia ponían sus trabas machistas, yo no quería provocar con mi ropa y mi cuerpo, como se esperaría, porque yo quería ganarme el respeto por mi voz y por mi trabajo. Quizá debería haber sido más provocativa, hubiera ganado más y se acordarían mejor de mi (Risas). Con eso te quiero decir que el ambiente en que vivíamos era "lo normal".
¿Cómo fue tu experiencia en Edhen? Llegásteis a quedar cuartos en una edición del Villa de Madrid. Pues tenía 16 años cuando empecé a construir este sueño, con mis hermanos, huyendo de un shock en nuestras vidas que trastocó para siempre nuestro precioso futuro, convirtiéndolo en una realidad trágica. Pero la experiencia fue fantástica. Son sin duda los mejores recuerdos de mi vida. Una vivencia maravillosa llena de esperanzas, ilusión y con ganas de comernos el mundo. Hacer vibrar a la gente con nuestra música y, sobre todo, ser feliz haciendo lo que más te gusta. Estábamos muy motivados, ensayando y trabajando mucho. Nos buscábamos nuestras propias actuaciones, la mayoría de veces no cobrábamos nada,. Yo no tenía equipo, ensayaba enchufada al ampli del guitarrsita. No teníamos representante, pero estábamos llenos de energía y veíamos en nuestras manos el sueño de entrar entre los primeros del Rock Villa de Madrid. Y así fue, pero los cuartos. Realmente hubo una gran competencia. Nos desmotivamos y decidimos, al menos yo decidí, que debía prepararme mejor, pero no podía compatibilizar los gastos de aprendizaje, coste del local, equipo, etc. y se terminó el grupo.
Tras la disolución de Edhen, surge Exclava ¿Quiénes érais y cómo funcionó aquella fugaz experiencia? Yo recibiendo clases en el Rockservatorio de la mano de Ruben Melogno, un excepcional maestro (DEP) con el que tenia un proyecto muy bonito para el primer disco del Rockservatorio, (concierto secreto) fue todo sobre las mismas fechas. Mi amigo Richi, el guitarrista de Edhen, me llamó y me propuso ser la cantante de una nueva banda. Como yo tenía el gusanillo de volver a cantar y me gustó mucho la propuesta, así lo hicimos. Contaba ya con un batería muy bueno y carismático, Carlos “Jimmy”, y el bajista era bastante majo, Paco Vilches que procedía de Furia Animal. Después se unió como segunda guitarra el “Tiri”, procedente de Muro. El grupo se iba a llamar Esclava, pero había otro que se llamaba así, por eso decidimos ponerle Exclava con "x" para diferenciarnos.
Todos teníamos una imagen bastante buena, además de muy buena música, al menos para mí (Risas) y decidimos lanzarnos a la aventura. En un primer momento ensayábamos en un local de Torrejón pero la verdad es que pillaba lejitos (Risas). Luego nos trasladamos a Papis y allí fue donde comenzamos con la promoción del grupo con algunas entrevistas y apareciendo en las páginas del Heavy Rock. Decidimos grabar una maqueta en Vallecas, en un estudio que, por 1987, estaba de moda. Fueron dos canciones, las más cañeras y mejor terminadas que teníamos. Teníamos más material, por lo que en caso necesario se pensaba reutilizar algunos de Exclava y otros nuevos. Los proyectos eran muchos… Tenía una muy buena proyección y fue una lástima que al final no pudiera ser.
La historia de Exclava terminó cuando comencé a tener serios problemas en las cuerdas vocales. Me quedaba afónica constantemente, lo que no me permitía darlo todo en los conciertos. Me frustré mucho cuando supe que tenía un nódulo en cada cuerda vocal, lo que me impidió seguir en la música por un tiempo. En el aire había una operación que podía provocar una lesión permanente en mi voz, por lo que decidí parar. Pero fue un fantástica experiencia.
Después, ya entrados los 90, vino Posesión ¿Cómo te manejaste con ese problema vocal? ¿Terminó por apartarte definitivamente de la música?Después de operarme de las cuerdas vocales, la recuperación fue muy dura hasta el punto de no poder hablar durante quince días y aprender técnicas de relajación y reeducación de la voz. Después me quede embarazada y, ya en 1990, fui madre de una preciosísima hija que se llevó toda mi atención durante sus primeros años y me centre más en su crianza y educación dejando un poco de lado la música. Es lo que se requería de una madre. En ese sentido si sentí el machismo (Risas)
Pero yo siempre he llevado la música en mi corazón y no pude dejarlo del todo. Seguí dando clases de solfeo, de canto y todo lo que pudiera hacer en horario de "cole", intentando no abandonar lo que me hacía tan feliz. En aquellos tiempos, cuando yo tenía 24 o 25 años, era normal que nos juntáramos en el parque de San Blas con más amigos que bajaban sus guitarras, sus bongos, sus flautas y nuestras voces. Sólo queríamos distraernos y pasar una tarde agradable con aquellos colegas que perduran a día de hoy. Entre ellos estaban David Pires “Ozzy”, componente de la banda punk Trapos Sucios, actualmente en el dúo Para and Pires, quien me presentó al grupo Posesión. Me hicieron una prueba y me cogieron como cantante. Compartí con ellos todos los temas, incluido 'Necesito escapar' que, más tarde, publicaron en CD.
Pero nuevamente surgieron los problemas con mi voz y no quería arriesgarme a quedarme sin ella. No tenía técnica suficiente, por lo que decidí que daría unas buenas clases de dicción, ortofonía y técnicas de canto, todo ello con otra fantástica profesora que se llamaba Coral, allí en la calle Espartales. Esas son sin duda las mejores clases que me han dado nunca... pero costaban mucho dinero. Además tenía que mantener a mi hija, por lo que se hacía incompatible con mi parte del pago del local, lo que desembocó en que lo dejara.
Más adelante vinieron otros proyectos, también muy bonitos, como 'Jesucristo Super Star Rock', donde participaba en los coros. Aunque había buenos profesionales, el autor negó los permisos y se tuvo que abandonar. En 1997 realicé la obra 'Rey del Musical', una especie de crítica a ese autor que nos había vetado, con mucha ironía, humor y profesionalidad. Esa fue mi última aportación al mundo del Rock.
Llegamos a 2022, y por fin ven la luz de forma oficial dos temas de ExclavaSí, la conjunción entre los sellos Gadir Records/Héroes de Culto/Discos Cada, quienes producen el disco ‘Condenados al olvido IX. Ladies of Metal 2’, propicia que dos de los temas de Exclava salgan a la luz
¿Existen más grabaciones del grupo?
Lamentablemente con esta formación no. Con Posesión tengo los temas, todo grabado.
Por último, ¿Hay algún proyecto en la mente de Lola Ferro, después de todo este resurgir de aquellas, casi ignotas, formaciones?
Pues después de mi azarosa vida como madre de tres hijos, después de tantísimos años… pues sí claro, me encantaría. Algún proyecto y propuestas hay con mi amigo Richi, es un genio el tío, y con la tecnología de hoy día podremos hacer muchísimas cosas más que "a capela" (Risas).
Muchas gracias por tu tiempo y por lo que representasteis todas aquellas verdaderas pioneras del rock en femenino.
Muchísimas gracias a ti, por dar voz a las mujeres, por no desistir y por el tiempo que dedicas a dar vida a aquellos años 80,s y todas las bandas, gentes, chicas y chicos que allí estuvimos.
Un abrazo enorme, y hasta siempre.
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]