En toda aquella efervescencia cultural, los bares musicales jugaron un papel protagonista. El Penta, La Vía Láctea, el Malandro o el Ágapo se convirtieron en nombres clave para el desarrollo de la nutrida escena musical madrileña. Allí los jóvenes iban a pasarlo bien. A beber y encontrarse con sus amigos. Pero también a descubrir nueva música. Un fenómeno que trascendió incluso las fronteras de la capital y puso el nombre de Malasaña en el mapa. Para bien o para mal, a partir de entonces el barrio ya nunca volvería a ser el mismo.
El cineasta Juanjo Castro nos invita a un viaje a los bares de la Malasaña de aquella época en 'Malasaña 80 Music Bar'. Un documental que estuvo seleccionado en el reciente Festival de Cine de Málaga.
[Fuente: Dani Cabezas para timeout.es]
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