El Teatro Monumental -como en su momento el Price en los años sesenta, donde actuó también Miguel Ríos- jugó un papel muy importante durante los setenta ya que fue el escenario con el que Madrid se integró en el circuito internacional del rock. En 1972, el granadino haría allí el que probablemente fuera el primer disco de rock grabado en directo en España: 'Canciones de rock y amor' (y el primero de la serie de este intérprete que incluye el término). El mismo cartel anunciador del evento quiere recordar desde su tipografía la publicidad del concierto y la portada de aquel disco.
En este caso será un concierto único y acústico en el que, acompañado de un trío de músicos, repasará algunas de las canciones que siempre ha querido cantar y algunos de sus temas más emblemáticos que le han convertido en una figura imprescindible de la escena del rock nacional para varias generaciones: hay que reseñar que en los pasado festivales del Zaidín el Dj encargado de amenizarlos se dio un festín de canciones suyas, coreadas por la multitud como si estuvieran ante un concierto suyo.
Miguel, que anunció su retiro con una contundente frase: «No quiero ser un juguete roto sobre el escenario», vuelve a ellos por una noche para ayudar a que los niños más desfavorecidos los tengan enteros y nuevos: «Un juguete es un artículo de primera necesidad para el desarrollo emocional de la infancia, y en una sociedad justa todas las necesidades de los más pequeños deberían estar cubiertas por todos los Estados», según dice en la nota de presentación del concierto.
[Fuente: El Ideal de Granada. -Enlace original-]
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