Foto de bajistas ochenteros:
Nuestro colaborador Ricky (Doctor
Snob) Ambite (Pistones)
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Si fuese anglosajón y supersticioso me hubiera quedado en casa... si fuese aficionado al cine "slasher" quizá también... pero como no soy ni una cosa ni la otra, el mejor plan para ese día fue coger carretera y manta para ir, con un amigo y colaborador de esta web, Antonio Rey, a Santiago de Compostela, a la sala Capitol, a disfrutar del concierto de Los Limones y Pistones. Dos auténticos clásicos de los 80's (unos más de finales y otros más de principios) reunidos en una noche que resultó ser mágica.
Pero la historia no empezaba ahí, es más, la historia de este concierto ya debería estar escrita cuando la sala Capitol abrió sus puertas a las 21:00 h., una inoportuna afonía de Ricardo Chirinos lo dejó fuera de combate el pasado mes de febrero y nos quedamos con las ganas aquel viernes 16.
Pero la espera mereció la pena... Como Antonio y yo somos puntuales, y no aprendemos de nuestros errores, a la hora en punto que marcaba la entrada cruzamos el umbral de la puerta que da acceso a la sala. Panorama desolador, tan solo otros 6 u 8 optimistas que apuraban unas cervezas hacían guardia frente al escenario ya preparado para lo que nos esperaba.
Y es que el pop y el rock son así... los conciertos nunca, jamás de los jamases, empiezan a su hora. Poco a poco el ambiente se fue animando, fuimos testigos de algún que otro reencuento entre viejos amigos de alguna pandilla disuelta que hacía ya tiempo que no se veían y se saludaban efusivos entre besos y abrazos, también fueron llegando amigos nuestros a los que fuimos dando la bienvenida según llegaban, caras conocidas y otras no tanto que reflejaban las expectación del momento.
Pasadas las 9 y media Santi Santos entró en el escenario, solo, con su guitarra acústica en ristre, para arrancar el concierto con "Hace mucho tiempo", durante los últimos compases de la canción fueron apareciendo el resto de los componentes actuales de la banda (Marcelo Beltrán al bajo, Carlos "el niño limón" Navajas al teclado y Sergio González a la batería). Como si de unos "ramones" del pop se tratase, fueron hilvanado temas uno tras otro, sin apenas pausas y sin apenas hablar. Sonaron todas las que tenían que sonar, las más selectas de una discografía llena de grandes canciones ("¿Qué fue de ti?", "Trenes sin destino", "El canto de la sirena", "Quintos del 64", "Sun", "La capital del mar", "John Luther John", "Ferrol", "Contrabando y surf", "Te voy siguiendo", "Acuarela", "Bon, bon, bon"....).
Así, poco después de las diez, llegó el punto final a este, para nosotros, uno de los mejores conciertos de Los Limones que disfrutamos en los últimos tiempos.
Tras los cambios de rigor llegó el turno de Pistones. Mi primer concierto suyo. Antonio me aventaja en uno, ya que los había visto en la sala Rock-Ola a principios de 2017. En ese momento de espera aún fueron entrando algunos rezagados, dando a la sala cada vez mejor aspecto en lo que a cantidad de público se refiere (aunque no fue tanto como los grupos merecían).
La sorpresa de la noche (anunciada el día anterior a través de Facebook) fue la presencia de Santi Campillo a la guitarra. El murciano dio empaque a la banda con su buen hacer a las seis cuerdas. Junto a él, en el escenario Basilio Martí a las teclas, José de Lucas a la guitarra y coros, Carlos Gamón a la batería y, por supuesto, Ricardo Chirinos y Juan Luis Ambite, guitarrista y voz y bajista, respectivamente. La dos caras visibles, más reconocibles y únicos componentes fijos desde los inicios de la banda allá por los primeros 80's.
Pistones dieron un exhaustivo repaso a su última entrega: 'Directo 35 aniversario'. Recorriendo, por tanto, las diferentes épocas y entregas discográficas por las que fue caminando la banda, hasta su desaparición ya entrados los 90's, con especial hincapié en su trabajo más recordado: 'Persecución' de 1983; "Nadie", "Amiga Lola", "Metadona", "Persiguiendo sombras" (incluida en el tributo a Antonio Vega, 'Ese chico triste y solitario', y que interpretaron Ricardo con una acústica y Basilio, al igual que "Cien veces no") "Galaxia", "Persecución", "El último soldado", "Los Ramones" (con Santi "Limones" Santos colaborando en las voces), "Flores condenadas", "Que el sol te dé"... y así, poco a poco, sin darnos cuenta, una noche que nos hubiera gustado infinita llegó apogeo con "El Pistolero", donde Santi Campillo se lució, llevando la canción a otra dimensión. Para el bis volvieron a interpretar "Metadona" esta vez cantada por los allí presentes con Ricardo haciéndonos los coros.
Fin. Luces encendidas. Música de ambiente. Se acabó lo que se daba. Queríamos más. Queda coger el coche y volver la La Coruña. Antes de eso nos fuimos despidiendo de algunos amigos, haciendo un poco el tiempo para ver si los músicos salían del camerino y poder, al menos, saludarlos (en mi caso personal me queda la espina de no haber podido decir al menos un "Hola" a Santi Capillo, al que tuve el placer de conocer el verano pasado). Tan solo pudimos ver y saludar a Ambite, que no tardó mucho en aparecer en el puesto de "merchandising" de Pistones y que tuvo a bien sacarse una foto "de bajistas" con este que suscribe.
Obligaciones personales que me hacían madrugar bastante el sábado hicieron que no aguantásemos un poco más por la sala. Entre unas cosas y otras aterricé en la cama casi a las 2 de la mañana, un rato después sonaba el despertador y ya estaba de nuevo en el coche, deshaciendo lo recorrido unas horas antes y camino de Orense... pero eso ya es otra historia.
[Redacción Nuevaola80. Ricky Rodríguez]
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