Rafa Algueró García, primero por la izquierda, con la última formación de The Goggles .(Tomada del Facebook del grupo). |
Sus inicios musicales tuvieron lugar en el Instituto Calderón de la Barca, acaso el centro educativo con más solera musical de la villa gijonesa. Allí se gestó Equos, grupo marcado desde sus comienzos, allá por 1979, tanto por los clásicos Beatles como por la incipiente –y entonces muy minoritaria en estas latitudes- nueva ola inglesa y americana. En Equos, aventura que duró unos cuatro años, Rafa era bajista y cantante, en compañía de Tino Acebal y Luis Antiñolo, guitarristas, y Ramón Antiñolo, hermano de Luis, como batería.
La historia de Equos tiene varios hitos, encuadrados entre la candidez propia de cuatro imberbes enamorados del mejor pop de guitarras y un entorno de cuchufleta como era el negocio del espectáculo en la España de provincias de comienzo de los 80. De esto dan cuenta, por poner tres ejemplos, los problemas burocráticos que les supuso traer una guitarra eléctrica desde Irlanda, las actuaciones con lluvia debajo de un hórreo en unas fiestas vecinales o el robo de un afinador -en pleno escenario- tras probar sonido en su teloneo a Miguel Ríos en la plaza de toros de El Bibio, durante la gira “Rock & Rios” de 1982.
De su música, testigo de una época mitificada pero incontestable, queda un único disco de dos canciones, compartido con los ovetenses Crimen Perfecto, como resultado de su segundo puesto en el concurso pop-rock Ciudad de Gijón de aquel mismo 82. “Sueñas”, un tema en la línea de Los Secretos (etapa Polydor) ha sido el más conocido de la dupla, en detrimento de “Volverte a ver”, un sensacional uptempo deudor de los mejores Plimsouls o The Knack. Julián Cabañas, bajista de La Banda del Tren, estuvo a los controles de la grabación junto a René de Coupaud y Pedro Bastarrica, propietarios y técnicos de los Estudios Norte-Eolo, dos nombres a los que, por desgracia, no se les ha hecho aún el reconocimiento oficial a su labor por la música hecha en Asturias durante más de 25 años.
Equos se disolvieron en 1983, al comenzar Rafa sus estudios universitarios de Medicina. El resto del grupo se transformó en Código Templario, un proyecto con menos fortuna discográfica pero con el mismo amor por las guitarras tensas y las melodías cuidadas, que se extendió a lo largo de la década. El tesón del grupo se demuestra en que se sobrepusieron al varapalo que supuso la muerte de Ramón Antiñolo, su carismático batería, ocurrida en accidente de tráfico inmediatamente después de presentar su primera maqueta en Radio Asturias-SER.
En cuanto a Rafa, tras licenciarse se dedicó a ejercer como médico de Atención Primaria en distintos centros de Asturias. Pero el rock and roll es una enfermedad que ni los mejores galenos, como él mismo, pueden curar del todo. Aunque a veces sea benigna y permita llevar una vida normal. Por eso durante los últimos diez años ejerciócomo apasionado guitarra en The Goggles, grupo “beatlemaníaco” que ha pisado toda clase de escenarios (incluyendo el mítico The Cavern de Liverpool) y entre cuyas filas se cuentan veteranos del rock gijonés como Julio Suárez (Néctar, Asociados) u Oscar “Catire” Robledo (Menta, Andecha Musical).
La enfermedad se ha llevado a Rafa Alguero de la peor manera: demasiado joven y con mucha música por disfrutar dentro y fuera del escenario. Pero cada vez que ese single suena, con “Volverte a ver” regresa de nuevo su sonrisa, que será el recuerdo eterno de él que quede entre nosotros. Con la magia y la vitalidad de esos tres minutos imperecederos que, como es de ley, es lo que a toda perfecta canción pop se le supone.
[Redacción Nuevaola80. Rafa Balbuena]
No hay comentarios:
Publicar un comentario