La barcelonesa ambienta esta novela en plena época de la movida donde el protagonista, Fede, representa el arquetipo de hijo de unos padres inmaduros e irresponsables, con problemas de drogas, típicos representantes de la juventud española de los años 80.
En una entrevista publicada en el Diario de Jerez, la autora ofrece un particular visión de aquella época:
"Los años 80 son recordados por la célebre Movida, que protagonizamos los que entonces éramos jóvenes. Fue una época desquiciada; los jóvenes de los 80 estábamos ebrios de libertad, la vida se nos aparecía llena de posibilidades insospechadas para las generaciones anteriores. Lo único que nos importaba era divertirnos. Queríamos ser modernos, europeos, imitábamos a los ingleses y norteamericanos, nos vestíamos como ellos, escuchábamos su música y, por desgracia, también les emulamos en el desenfrenado consumo de drogas. Fue una fiesta que empezó con mucha alegría y acabó en desastre. Creo que el estilo de vida y el sistema de valores que inauguramos en los años 80 es el que continuamos arrastrando ahora: la locura de la fiesta y de las drogas fue sucedida por la del dinero fácil, la especulación y el consumismo, con las graves consecuencias que estamos padeciendo, por eso creo que es relevante echar la vista atrás y hacer balance de lo que significó esa época. Ya es hora de que los escritores reflejemos en nuestras ficciones los tiempos que vivimos o hemos vivido, no sólo los de nuestros abuelos o bisabuelos. No me alegro especialmente de haber nacido en los años 60, pero, ¡qué duda cabe!, hubiera sido mucho más duro nacer en los 30 o en los 40".
No hay comentarios:
Publicar un comentario