Pero no vamos a hablar de grupos sino de personas concretas. De una persona concreta, Diego Vasallo, quien comenzó su despegue personal con Cabaret Pop, discos coeditados con Suso Sáiz o Roger Wolf y, partir de ahí, una profusa carrera en solitario. No hace mucho, Diego Vasallo puso en el mercado su último disco, ‘Las rutas desiertas’ (Galerna, 2020). Es un disco que aparece en un momento delicado para nuestro país y el mundo entero, en un momento en el que nos vemos azotados por una crisis sanitaria sin igual, la del Covid-19. Ha sido, pues, uno de los últimos discos que ha visto la luz antes de entrar en tiempos de confinamiento.
¿Cómo se encaja lanzar un disco que, por cuestiones de la situación actual, va a carecer prácticamente de promoción, entre otras cosas, porque no se va a poder hacer gira de presentación?
La verdad es que ha sido un desastre. Afortunadamente pude hacer el grueso de la promoción de la salida del disco, aunque se quedaron cosas sin publicar porque ya no se hablaba de otra cosa más que del virus. Lo que se ha caído ha sido la gira que teníamos de conciertos de presentación del disco. Esto ha quedado cancelado, y veremos si se puede retomar en algún momento, aunque ya no cuentas con la ayuda de tener un disco recién publicado. El año lo doy por perdido. Espero que el disco tenga fuerza para aguantar hasta el año que viene.
¿Cómo describirías ‘Las rutas desiertas’?
Las Rutas Desiertas es un disco que continúa el camino que tomamos con el anterior, “Baladas para un autorretrato”, pero hemos ido un poco más allá; hay canciones más diversas, la paleta de influencias se ha ampliado y han entrado aires nuevos, como algo de soul sucio en algunos temas. También hay corrientes de blues subterráneo y canciones más folk, muy desnudas. En general se trata de sonidos algo áridos y oxidados, como instrumentos a punto de reventar. En cuanto a los textos, son canciones que aceptan la perplejidad de mirar un mundo carente de sentido, son miradas hacia algo que no se comprende, esa especie de destino conformado por la avalancha de la vida y la estupidez humana.
¿Cuál es la respuesta que esperas del público, una vez se pueda dar a conocer en condiciones digamos estándar?
Bueno, ya estoy recibiendo bastantes respuestas al disco, sobre todo por las redes sociales. Está siendo gratificante la aparición de comentarios muy positivos al respecto, creo que en algunos círculos ha sorprendido, siempre dentro de un circuito reducido y minoritario, al margen de corrientes más comerciales. Falta por ver la reacción al directo, que espero que se pueda dar ya el año que viene, quizás alguna cosa a finales de este.
En tu anterior trabajo, ‘Baladas para un autorretrato’, que definías como “un viaje por los alrededores de mis días, una mirada a mis patios traseros” ¿Sigues la misma línea?
Sí, las temáticas de las canciones no cambian demasiado, dan vueltas a lo mismo de siempre: el paso del tiempo, la añoranza, la culpa, la incertidumbre por lo que vendrá, la soledad, la esperanza, los sueños… El material del que salen es la vida cotidiana, el discurrir de los días, las preguntas que te haces frente al espejo, las eternas dudas, las inexistentes certezas, los momentos buenos, las decisiones malas.
¿Cómo te sientes más cómodo, reivindicando esa intimista carrera en solitario, o saboreando viejos momentos de gloria al lado de tu compañero en Duncan Dhu?
Yo no soy nada nostálgico y creo que lo mejor en mi obra siempre está por llegar. No miro hacia atrás, y cuanto más mayor me hago, menos. La vida es corta, hay que ponerse en marcha y encarar proyectos nuevos. Estoy volcado en mi propia obra al 100%. La etapa Duncan Dhu estuvo muy bien, aprendimos mucho, también tuvimos momentos muy malos, pero pasó. Se acabó en 2001. Yo estoy en el presente.
Hablando de Duncan Dhu… ¿Por qué fue tan efímera vuestra vuelta a la vida musical como grupo, con aquel escueto Ep de hace ya siete años?
Aquella vuelta al grupo fue circunstancial, ya sabíamos que solo era temporal. Teníamos buenas ofertas de conciertos, hicimos un mini L.P., que creo que está entre los mejores discos de la banda, y dos giras. Estuvieron muy bien, las disfrutamos y luego cada uno siguió con sus proyectos, y así seguiremos.
Volviendo con el panorama que se nos presenta en la actualidad, ¿Qué salida le ves al mundo de la música, y de la cultura en general, una vez se consiga salir de esta catástrofe sanitaria?
Para la cultura y la música en particular, esto va a ser catastrófico. Hay que tener en cuenta que el mundo de la música ya vivía en precario desde, yo diría que siempre. Si a aquella situación le sumamos las cancelaciones de todos los conciertos durante casi un año, tiendas de discos cerradas, promociones anuladas, veremos quién puede sobrevivir. La situación de los músicos en este país es desastrosa, de una precariedad absoluta. Estamos fuera del sistema.
Durante estos días de confinamiento ¿Has seguido componiendo? ¿Hay nuevos proyectos de futuro?
Estoy empezando a escribir unas cuantas canciones, pero yo escribo muy despacio, así que pasará un tiempo, aunque esta vez voy a intentar que no sea tan largo. De todas formas no me ha resultado nada productivo el confinamiento, yo necesito el aire libre para escribir, tomar notas paseando, sentarme en un banco, dejar que surjan los versos, y atraparlos enseguida.
Muchas gracias por tu tiempo. Mucha suerte y, sobre todo, cuídate mucho.
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]
Un grande en talento y calidad humana, de una transparencia e integridad única. Adelante maestro!
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