15 oct 2016

Fallece "El Catalán", contrabajista de Los Hurones

Foto: César Sánchez. El Catalán frente al negocio de tatoo's que regentaba
Ayer falleció ‘el Catalán’, quien fuera el carismático contrabajista y bajista de Los Hurones, la banda más importante que haya dado el rock ‘n’ roll murciano. Tenía un porte imponente, con su voluminoso contrabajo y un tupé kilométrico en los años dorados de la formación murciana. De aspecto duro, y hasta cierto punto pendenciero, en realidad era un personaje de lo más entrañable. Su pérdida sucede a la de Jaime Gray, manager –entre otros muchos grupos– de Los Hurones.

Su verdadero nombre -aunque pocos lo conocían- era José Antonio Tomás Raya. ‘Cata’ se inició en la movida murciana al modo punk, formando parte de la troupe que acompañaba a Farmacia de Guardia en su primera época. Después formó su propio grupo, Los Gamberros -con Santiago Campillo (guitarra) y Fiti Espejo (batería)-. En los carnavales de 1984 compartieron cartel –en el bar Matabichos de Calasparra- con Los Huracanes (la banda previa a Los Hurones que Jota Cassinello había formado en su localidad natal tras salir de Farmacia de Guardia). A Jota le gustó el careto del Catalán y le propuso formar una banda, para lo cual Jota y el Mangas (ya presente en Los Huracanes) se trasladan a Murcia, y comienzan a rodar Los Hurones. En uno de sus primeros conciertos, con formación de estricto trío rockabilly, telonean a Los Rebeldes, con un sonido y actitud que ya entonces arrollaban, musicalmente competentes y letrísticamente brillantes.

Aunque no fueron la primera banda rockabilly de Murcia (antes debutaron Johnny Tuberías y los Grifos, Los Fanáticos del Ritmo o Legendarios), sí fueron los primeros en moverse como tribu urbana, generando el movimiento rocker en esta ciudad. Graban sus primeras maquetas y se presentan al certamen regional Murcia Joven 86, no siendo seleccionados para la final.

Mientras tanto, el Catalán compagina su labor en Los Hurones tocando el bajo en La Guardia Roja, grupo que ayudó a crear, animando a su amigo Juan Antonio Ross (hasta entonces batería de Todos y la Chica) para que componga y toque sus propias canciones

Los Hurones enriquecen la banda con la incorporación de un segundo guitarrista (Javier Toral, después Santiago Campillo) y dos saxofonistas (Carlos Turbina y Juanfra, luego únicamente Jesús Martés), que los dota de un sonido exhuberante. Lo intentan de nuevo en el Murcia Joven 87, partiendo como favoritos en la final, con enormes banderas sudistas en primera fila, pero no ganan, lo que originará una importante trifulca con el jurado.

A todo esto, el Catalán fue el encargado de distribuir las maquetas por las discográficas de Madrid, moviéndose en metro con el saco de cintas a la espalda. Tras un frustrado intento con La General / Fonomusic, el Catalán, a golpe de llamadas, doblega a la todopoderosa EMI. De modo que graban un miniLP irreprochable, bajo la batuta del padrino del rockabilly nacional, Tony Luz, en labores de producción, en plena edad de oro del género. Disco que les coloca en el mapa nacional, girando por toda España y actuando en los principales programas de televisión. Disco que sigue siendo uno de los más vendidos en Murcia (recientemente reeditado), pero la discográfica ve insuficientes los resultados y rescinde el contrato.

Así pues, Los Hurones siguieron siendo durante un par de años más los reyes del rockabilly en Murcia y provincias limítrofes. El Catalán, entre tanto, prestó sus servicios esporádicamente en otra banda legendaria de Murcia, Los Bluesfalos (todavía en activo), hasta que fue sustituido en Los Hurones por Javier Toral. Se intentó un contrato con Welcome Records que no fructificó.

Muchos años después, el Catalán participó en la banda instrumental Zoot Suiters, y luego siguió ensayando con amigos. Nunca dejó de ser asiduo a conciertos, un tipo que llevaba el rock ‘n’ roll en la sangre.

Descansa en paz.

[Redacción Nuevaola80. César Sánchez]

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