Foto: Katharina Giesler |
Aunque sus primeros trabajos datan de 1972, en revistas del momento como Ajoblanco, Star, El Viejo Topo o Triunfo, es en los albores de la movida madrileña cuando El Hortelano coincide por primera vez con Ceesepe y Alberto García-Alix (Cascorro Factory, un guiño a The Factory, el estudio que Andy Warhol tenía en Nueva York) en el puesto que tenían en el Rastro y, sin dudarlo un instante, se une a ellos. Corria el año 1975, un año antes de que otro de los iconos culturales del momento se uniera a ellos, Ouka Lele (quien toma su nombre artístico de una estrella que pintó El Hortelano).
En 1978 se traslada a Barcelona donde contacta con importantes figuras del foro artístico de la Ciudad Condal, entre los que destacan Nazario, Mariscal o Miquel Barceló, ciudad donde realizó su primera y muy recordada, por extravagante, exposición (llegó a la Galería Rene Metrás en ambulancia con una lubina fresca por corbata y en una camilla, hecho que se perpetuaría en el documental 'Koloroa', presentado por él mismo y Ouka Lele). Y como en el ámbito musical, lo que primaba en aquellos años era llamar la atención. Y él no se quedó atrás.
Tras su vuelta a Madrid en 1982, era fácil cruzarse con él en lugares tan reconocibles como La Bobia, El Penta, Rock-Ola o La Vía Láctea, junto al grupo de personajes que se desenvolvía por aquel efervescente ambiente, tales como Pedro Almodóvar, Carlos Berlanga, Alaska o Montxo Algora.
Sus series pictóricas han jalonado una brillante carrera artística ('El Manifiesto emocionado' -1984-, 'El perdón de los pecados' -1985/1990-, 'Pater Noster' -1990-1994-, 'Savitaipale' -1995-, 'Osa Mayor' -1996-2004-, 'Madre Agua' -2004-2007-, 'Humano' -2007/...-) gracias a la que ha recogido varios premios como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2009) o el Premio de Artes Plásticas Popeye (2011).
Descanse en Paz, Hortelano.
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]
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