Hoy se cumplen 25 años de la muerte de Jesús de la Rosa, la voz de un movimiento intangible e impreciso que germinó a mediados de los 70, cuando los hijos del agobio sintieron rumores de libertad y abrieron la puerta a un mundo nuevo. El cantante, alma mater y teclista de Triana, murió en un hospital de Burgos, cerca del lugar donde su Citroen BX se empotró contra una furgoneta. A los 35 años, Jesús dejó mujer, hija, grupo y legado, un modo de ver la vida plenamente andaluz, entre la tragedia y el surrealismo, canciones aún vigentes y que siguen dando jugosos dividendos a su casa discográfica. Y una voz inconfundible.
El único superviviente de Triana, Eduardo Rodríguez Rodway, reapareció en la Bienal de Flamenco para entonar Tu frialdad junto al grupo Alameda, un tributo a Jesús, y de paso al infortunado batería del grupo, el portuense Tele Palacios, también desaparecido, en 2002 tras un concierto en Lora del Río, y se cortó el aire. Rodway, que vive en los Caños de Meca desde 1989, alejado del mundanal ruido, ha denunciado la "apropiación indebida" del nombre, la esencia y hasta del logotipo de Triana, por parte de un grupo de músicos sevillanos. Para Eduardo, Triana murió cuando Jesús murió desnucado por su propio teclado, que según testimonios de la época no se hallaba bien amarrado en la parte trasera del vehículo. Por entonces, hasta Triana, que había alcanzado la cúspide del rock nacional pero caía víctima de la nueva ola y de su propia indefinición, no gozaba de la infraestructura necesaria para, al menos, viajar con un mínimo de seguridad.
[diariodecadiz.es]
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