La exposición arranca con la obra de Ouka Leele 'Rapelle-toi Bárbara', que a su vez fue 'la génesis' en 1987 de la colección fotográfica del Museo de Arte Contemporáneo, ha señalado hoy durante la presentación de la muestra la directora general de Archivos, Museos y Bibliotecas de Madrid, Belén Martínez.La imagen de Ouka Leele mostraba un Madrid 'moderno y dinámico' y esta idea es la que vertebra esta colección, que gira en torno a la ciudad, su dinamismo y elementos arquitectónicos, ha explicado la comisaria, Mónica Carabias.
A partir de esta obra emblemática, que muestra la Fuente de Cibeles como telón de fondo de 'Las Metamorfosis' de Ovidio, la exposición propone un recorrido cronológico estructurado en cuatro bloques que se corresponden con la década 'inconformista' de los setenta, los 'alegres' ochenta de la Movida, los 'híbridos' noventa y el segundo milenio.
Para Carabias, que ha destacado el buen momento que atraviesa la fotografía española, esta muestra ofrece 'una visión global de nuestra historia fotográfica más reciente', a través de la apuesta por la combinación de variadas propuestas creativas.
Obras de corte purista comparten espacio en la exposición con ejemplos de la última técnica digital, gracias a artistas como José Manuel Ballester, Manuel Sonseca y Julia Rivera, en el plano nacional, y nombres internacionales como Gabrielle Basilico y Boris Savelev.
Junto a esta exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 28 de septiembre, el Museo de Arte Contemporáneo ha editado un catálogo en el que aparece el fondo fotográfico del museo al completo y que 'sirve para enmarcar la colección dentro de unas coordenadas históricas y científicas', ha indicado el director del centro, Eduardo Alaminos.
Una de las cuatro partes en las que se divide la exposición se titula "Los alegres ochenta de La Movida".
Los años ochenta marcan el comienzo de la nueva fotografía española creativa. El estudio fotográfico de Pablo Pérez-Mínguez se convierte en un catalizador de la movida madrileña y de sus protagonistas como refleja su serie Mi movida (1979-1985). Asimismo, nuevos artistas como Ouka Leele, Miguel Trillo o Alberto García Álix, entre otros, irrumpen con fuerza y personalidad en el panorama cultural y artístico de la época. La joven madrileña Ouka Leele (Madrid, 1987) se convertiría desde muy temprano en una de las representantes "oficiales" de la movida, legándonos un símbolo imborrable de la cultura española de aquellos años con la obra Rapelle-toi-Bárbara (1987).
Los ochenta están marcados por un eclecticismo en el que se sitúa la obra de Pepe Cuevas (Sevilla, 1956). Un trabajo a mitad de camino entre la fotografía documental y la artística sobre las ciudades de Madrid y Nueva York realizadas entre 1987 y 1992. En la vorágine de estos años, se consolida una nueva corriente documental que alcanza su momento álgido en la década siguiente. Miguel Trillo (Cádiz, 1953) retrata a todos aquellos protagonistas de la ciudad no famosos, en su mayoría vinculados a la música. Chema Prado (Lugo, 1952) representa la figura del fotógrafo viajero que eclosionará en los años noventa.
Por otra parte, en estos años continúan en activo algunos de los grandes fotógrafos de las décadas anteriores. Es el caso de Ramón Masats (Barcelona, 1931) y de Alberto Schommer (Vitoria, 1928). El primero, decide a comienzos de la década abandonar el blanco y negro para trabajar exclusivamente el color. Alberto Schommer, magnífico retratista y autor de reportajes, evoluciona a lo largo de la década de los ochenta hasta nuestros días fiel a su compromiso con el arte fotográfico como el modo de enseñar y atrapar el mundo tal y como es.
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