Foto: Tere Gisbert |
A diferencia de otras giras, esta, venía marcada por un formato acústico, mismo formato del disco, con la desemejanza de llevar como base rítmica un cajón flamenco. Aunque pueda parecer algo extraño lo del cajón rítmico, aquí en España siempre ligado a estilos aflamencados o latinos, Carlos Segarra lo ha introducido experimentalmente en un combo de Rock and Roll como métrica rítmica y no solo ha sido una idea pionera, sino, un verdadero acierto para este tipo de estructura musical.
El concierto no se hizo esperar y fue fiel al horario estipulado, la sala prácticamente llena en su totalidad y un público deseoso aclamaba al grupo rocker por excelencia.
Como era de esperar, sonaron las nuevas composiciones del disco como 'Marihuana Boogie', 'En cuerpo y alma' o 'Chuck Berry', este último con la colaboración en voz y guitarra de Pep Sala (Sau), sin dejar de lado clásicos incluidos en el último trabajo, adaptados al nuevo sonido, 'El loco de la autopista', 'Quiero ser una estrella', 'Dos horas más'…todo ello entrelazado con los grandes éxitos de estas últimas décadas como 'Mediterráneo', 'Bajo la luz de la Luna', 'Un español en Nueva York', 'Mía', etc.
Canción tras canción, el público asistente se realimentaba con una puesta en escena sobresaliente, ambas partes con actitudes recíprocas hallaban la fórmula perfecta para una mágica noche de Rock and roll. El momento cumbre de la actuación llegó con la salida al escenario de Moisés Sorolla y Aurelio Morata, miembros fundadores de la banda y que ocasionalmente, nos remontan a Rebeldes 79. La gente emocionada aclamaba sus nombres, en aquel momento la sala se vino arriba y sonaron con el ímpetu y la fuerza de aquellos primeros años; terminaron su colaboración y no les quedó otro remedio que salir de nuevo. Está claro el cariño del público hacia estos dos miembros que fueron tan importantes en la historia del grupo.
Un gran concierto sin duda alguna. Como apreciación particular, diré que hay que tener en cuenta que este tipo de formato acústico suele ser idóneo para salas más pequeñas, y que, hacerlo en lugares con un aforo tan grande, conlleva un sobresfuerzo que no cualquier profesional es capaz de mantener, ante la carencia de batería y guitarra eléctrica la dificultad se hace aún mayor… nada que el maestro Carlos Segarra y Los Rebeldes no puedan hacer, con actitud y "a flor de piel".
[Redacción Nuevaola80. Lauren Jordan]
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