Discos de Paseo tiene el honor y el placer de presentar un single con dos canciones que han pasado treinta años en el limbo de lo nunca editado. Son anuncio de un elepé que recogerá, tras el verano, la única grabación oficial de Los Elásticos junto a un buen puñado de maquetas que demuestran la energía y el saber hacer del grupo.
Volvamos la vista al año 1980, cuando cuatro amigos de Barcelona fundan un grupo para construir canciones que reflejen su gusto por la new wave y el punk. Es una época en que la nueva ola madrileña era un movimiento álgido, pero en Barcelona no se quedaron atrás y también asistió a una explosión de grupos pop como Sprays, Telegrama, Kamembert, Brighton 60 y muchos más. Los Elásticos estaban entre ellos.
Sus conciertos y sus maquetas dan buena cuenta del impulso energético y vibrante. La voz de su cantante, Mercè Ros, no tiene comparación. En “A dónde voy” -que tiende hacia el soul – se encarga de romper y vitaminar el estribillo, mientras va subiendo entre ráfagas de vientos. “La séptima” es una balada en la que esa misma voz hace el rugido más íntimo. La instrumentación de Toni Pelegrín, José Luis Muñoz y Ramón Grau le ofrece un colchón sutil y compacto para que dé rienda suelta a su garganta y su garra, una de las más privilegiadas en esos tiempos
En sus letras conforman un ideario juvenil y urbano. En el caso de “A dónde voy” el tema es la indecisión sentimental juvenil, amores que no se fijan, pero que tampoco se abandonan, en un escenario de bares y noche. En el caso de “La séptima” es el dolor de la despedida lo que se abre, cuando ya no hay ni la posibilidad de mirar atrás.
Sin embargo, todo ese potencial no llegó a cuajar en disco. El grupo se asienta, pacta con una discográfica –Wilde Records-, que únicamente logra meterlos en un recopilatorio, antes de quebrar a mediados de la década. Vuelta a empezar. Contactos con una nueva discográfica, pero el elepé no llega al mercado hasta 1987. Han pasado siete años y la frescura descarada de sus canciones, la insatisfacción de las calles, ese mundo que en Nacha Pop o Los Elegantes había corrido con su época, aquí llega demasiado tarde y no alcanza el reconocimiento que el grupo se merecía. Por eso, este single y la reedición que Discos de Paseo les prepara es doblemente importante. Primero, porque recupera unas canciones que iban a quedar sepultadas en el olvido, y que aún pueden emocionar a almas sensibles. Segundo, porque los desgaja de años concretos. No importa ya ni en qué año empezaron ni en cuál apareció el elepé. Lo que importa es que recuperamos canciones impactantes y preciosas de nuestra nueva ola.
[Fuente: discosdepaseo.com]
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