Nuestro compañero y entrañable amigo, el fotógrafo Domingo J. Casas, nos ha obsequiado con este pensamiento en voz alta, en el que recuerda a varias de las importantes figuras que, durante este trágico 2012, nos han ido dejando, aunque haciendo especial hincapié en uno de los más importantes tras el objetivo, Pablo Pérez Mínguez. Estas son sus palabras.
Hace poco nos ha dejado un gran fotógrafo, no sólo de la consabida “Movida Madrileña”, Pablo Pérez Mínguez.
Cuando empecé a hacer fotos profesionalmente en 1979, él ya era una institución. Fotografió a todo el mundo, parecía que si él no te hacia una foto en Monte Esquinza, no eras nadie. Lejos de aprovecharse de ello, hizo las fotos que le dio la real gana y sin ningún tipo de presión. Fue un siempre un ejemplo a seguir, artista pero humano y muy cercano. Otros de esa época se endiosaron rápidamente, pero P.P.M. tuvo claro siempre su camino, siempre el suyo propio. La foto que le hice hace tiempo y que va en este homenaje sincero, fue por expresa petición suya y me indicó como la quería con todo detalles (con el humo y todo).
Toma o foto única. Así era él, y todos nosotros en aquella epoca. Gran compañero y siempre atento. La inmediatez de hacer la foto o congelar ese momento primaba, luego había que revelar el carrete, hacer los pertinentes contactos y luego ampliar la foto en papel, que lejano suena todo esto en estos tiempos de fotos con teléfonos móviles o "instagram".
Una meción especial es para otro gran artista Sigfrido Martín-Begué que también nos dejó. ¿Qué esta pasando? Se nos van cada vez más amigos y grandes personas... ¿nos esteremos haciendo viejos o que ya nos va tocando?
Por mi parte sigo en mi exilio levantino playero y llevando una vida más saludable. Y con un poco más de tiempo libre de lo habitual. No puedo evitar repasar mis fotos y escuchar música a la vez. Esta no deja de ser la banda sonora de mis fotos y claro, de mi vida. Devoro todo tipo de música y, sobre todo, los Stones siempre los Stones.
Cuando conduces durante mucho tiempo, de Madrid a Denia pasando por Alcázar de San Juan, o bajando a la murciana localidad de Archena (estos son ahora mis puntos cardinales), tienes mucho tiempo para pensar, y bien sea editando o escaneando fotos o simplemente viajando, llega un momento que parece que ya no hay música que te emocione, es como si te quedaras vacío. En ese instante, empiezo a buscar música de mis amigos que ya no están con nosotros. Escucho a Enrique Urquijo, a Antonio Vega, los solos de saxo de Ulises Montero (en los discos de Gabinete Caligari), los redobles de batería de Toti Arboles en discos de la Frontera o de La Unión, entre otros, los punteos de Guille Martin con Desperados o con Loquillo o con Calamaro o con Jaime Urrutia. También repaso a Tino Casal, la guitarra de Kike Sierra, Eduardo Benavente o a Pepe Risi con sus Burning y también desde hace poco se han sumado Bernardo Bonezzi, Anjel Reverendo, y otros tres baterías Sergio Castillo (con homenaje en Madrid incluido), Toni Vázquez y Jorge "Garra"de PVP, otro grande.
Parece que al escucharlos los reviviera y reviviera algunas noches o sesiones de fotos interminables e incluso imposibles con todos ellos. Lo que viví con ellos no os lo puedo contar pero os garantizo que me han ayudado a ser mejor persona aunque a ellos se les escapara la vida y a amar la vida y exprimir cada día como si fuera el último. Cada vez que os veo en una foto o escucho una sola nota de vuestra música me empuja a vivir y disfrutar cada instante con este bendito trabajo que es ser... ¡Fotógrafo de rock!
El día que estuve haciendo fotos en el concierto homenaje Antonio Vega, mi gran amigo Fernando de Diego me dijo que éramos supervivientes, y que razón tiene... que no os falte música en tu vida. Sea la que sea.
¡Hasta siempre amigos!
[Redacción Nuevaola80. Textos y fotos: Domingo J. Casas]
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