Foto: Alberto Morante. Desde la izda., Roberto Alonso, Rafa Balbuena, Carlos Vicente, José Cezón y Pablo M. Vaquero. En Discos Alta Fidelidad (Oviedo). |
De ello dio fe la concurrencia presente en Discos Alta Fidelidad, a la que acudieron muchos veteranos de los abrigos negros y el trueno postpunk del Oviedo de los 80. No era para menos: después de 'Ahora, No Mañana', volumen dedicado a los mods españoles en la Nueva Ola, era el turno de revisitar la siguiente hornada musical derivada del 77, que constituyó un paso más para que aquellas estrafalarias parroquias (mods, punks, siniestros, poperos, rockers) se mezclasen con furor, ganas de hacer cosas y divertirse a todo volumen “sin necesidad de formar camarillas cerradas”, tal y como recordó Roberto Alonso, líder de los ovetenses Crimen Perfecto y, a la sazón, protagonista del que fue el primer disco siniestro-afterpunk español fuera del cogollo madrileño de Tres Cipreses. Alonso, que comenzó en los nuevaoleros Paso de Cebra y prosiguió hasta el fin de los 80 con los elegantes Salón Dadá, recordó estampas de aquella etapa tan divertida como acelerada, marcada por una creatividad que soslayaba complejos estéticos y éticos y puso patas arriba una escena “que cambió el panorama musical a la misma velocidad que el país entero cambiaba”, constató Pablo Vaquero en una aguda observación sobre lo que supuso aquel primer bienio de la década.
Esa es una de las claves del libro, su precisión y erudición, según recordaron durante el encuentro los periodistas José Cezón y este que suscribe, ya que NegrOscuro recoge detalladamente las trayectorias de grupos como Décima Victima, Alaska y los Pegamoides, Desechables, Claustrofobia, La Fundación, Alphaville o los primeros Gabinete Caligari. Además, aporta nuevos datos sobre la intrincadísima cronología de Derribos Arias a la par que incluye una interesante investigación sobre el mil veces mal contado devenir de Parálisis Permanente, grupo capital de aquella “Onda Siniestra” cuya importancia destacó Carlos Vicente, miembro de los leoneses Posesión Infernal. Vicente recordó el carisma y la energía que irradiaba en escena Eduardo Benavente, todo un impacto de creatividad positiva de la que fue testigo directo en la ultima actuación de Parálisis en su ciudad, horas antes de su desgraciado fallecimiento en accidente en mayo de 1983.
El acto (nunca mejor dicho) incluyó una aportación especial de Miguel Trillo, uno de los mejores y más laureados fotógrafos del rock español, también colaborador del libro, que tuvo la deferencia de enviar para la ocasión una selección de diapositivas inéditas de la época. Con esta presentación, tras un celebrado precedente en Madrid hace un par de meses, Negroscuro empieza su andadura como lo que está llamado a ser: el “libro rojo” de la escena dark española, paradójicamente mucho más luminosa que negra. “Y muy divertida, que es algo que hay que destacar de este libro”, según concluyó acertadamente José Cezón. La presencia cámara en mano del fotógrafo Alberto Morante, otro hombre clave en esta historia y en la gestación de este libro redondearon un encuentro que tuvo mucho de celebración y, ciertamente, nada de aquelarre gótico. Las cosas casi nunca son lo que parecen y, a veces, superan las previsiones y los tópicos con la misma facilidad con la que 'Branquias bajo el agua', 'Tan lejos', 'Olor a carne quemada' o 'Autosuficiencia' forman hoy parte de la historia de la música independiente y del “hit parade” de cada uno de nosotros.
[Redacción Nuevaola80. Rafa Balbuena]
Brillante texto de un periodista modélico en estilo, valores e independencia. Gracias, Rafa, de corazón. Y también a Pedro y el resto del equipo de Nueva Ola 80s por ésta y otras reseñas, además de por su valiosa labor, siempre presente en los agradecimientos de mis libros. Fuerte abrazo.
ResponderEliminarPABLO MARTÍNEZ VAQUERO