Esta es su transcripción:
Santos y pecadores (Punk, ¿qué punk?). Réquiem al hombre de negro (a Eduardo Benavente)
Dicen que Eduardo gustaba de hacerse el autofracasado y darse golpes con la cabeza en la pared más cercana. También solía acariciar una Fender con una mano y con la otra rasgar suavemente la guitarra durante horas. Enemigo de la melodía supo valerse de ella para componer. Sabio en el arte de la música y gran conocedor de una juventud oscura que ahora vaga por las calles (no sin una cierta melancolía por su pasado triunfal) como una epidemia de las aceras. Vanguardia ante todo. Vanguardia en su época, ahora luchan por perpetuar la especie. Me estoy refiriendo, por supuesto, al incomprendido movimiento PUNK:
Desde habitaciones oscuras hombres y mujeres cansados de una sociedad cansada, luchaban contra el sistema en esas primeras habitaciones oscuras de Inglaterra hace unos cuantos años. Nació un movimiento nazi (por la lucha de Inglaterra contra el nazismo tras la guerra), nació un movimiento de ropas negras, en esa época (los 70) la moda era una moda influenciada por el rock sinfónico, el funk y los restos del hippy (aparte del heavy, su mayor influencia) y por lo tanto de ropas claras.
Nació un movimiento de peinados pintorescos y revueltos, de filosofía obscena, de música turbia, de anarquía en una palabra. Y es precisamente esa anarquía joven y malinterpretada la que llegó a penetrarse (aunque ya tarde) por las alcantarillas de Madrid y Barcelona, surgiendo de su letargo musical las gentes del punk español (imitación del inglés).
La música en España a mediados de los 70 estaba adormecida y los buenos grupos de aquella época eran desconocidos en su propia tierra. Así fue como surgió el punk español. Alaska y Los Pegamoides ya forman parte de la historia del punk, aunque este grupo tenía una más clara influencia de Elvis Costello que de los Sex Pistols o de los Plasmatics, por ejemplo.

Un L.P. que quizá (respecto a producción) uno de los más originales discos jamás editados en España. Uno de sus temas más curiosos es una adaptación (buena) de David Bowie y Brian Eno llamada 'Héroes'. Los demás, casi todos compuestos por Eduardo y Ana, y dos temas de Eduardo y Nacho, son una plasmación de como se busca la verdad de la vida en el sexo puro, la violencia y el terror, o sea, reirse de todo. A pesar de todo, como ya he dicho antes, no deja de ser una maravillosa muestra de inteligencia y una forma de protestar contra la sociedad que les margina. El disco tiene desde amargas experiencias 'Vamos a jugar', 'Tengo un pasajero', hasta sutilezas 'Bacanal', 'Jugando a las cartas'.
Pero la trágica muerte de Eduardo y el proceso de marginación anti-punkies no hundirán el recuerdo de la viva impresión que se tiene al conocerles.
Juano
[Redacción Nuevaola80. Pedro J. Pérez]
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