Cae el muro de Berlín. Se publica el Like a prayer de Madonna. Series como Cheers o Brigada Central ocupan la parrilla televisiva. Arantxa Sánchez Vicario gana su primer Roland Garros. ¿Se acuerda? 1989. Ese año, el barrio de Malasaña, uno de los epicentros de la escena musical española, languidece entre rockeros resacosos de la movida.
Hasta que cuatro devotos del pop independiente británico decidieron cambiar las tornas. Uno de ellos era el madrileño Luis Calvo. "En esa época la ciudad era un cero. Mi obsesión entonces fue crear en este país una infraestructura indie", recuerda este agitador de 40 años. Y la coctelera empezó a moverla con el fanzine La Línea del Arco. A partir de ahí, Luis se convierte en uno de los protagonistas de giras inolvidables como la de Noise Pop, la revista Spiral, el programa de radio y televisión Viaje a los sueños polares, la sala Maravillas de la calle de San Vicente Ferrer y la guinda, el Festival de Benicàssim, en cuyas primeras ediciones estuvo implicado.
De todo aquello sigue manteniendo un alias, el de DJ Polar. Pero sobre todo, la niña de sus ojos: Elefant. Un sello discográfico que ahora cumple dos décadas y cuyo aniversario empieza a celebrarse hoy en la sala Ocho y Medio. Veinte años dedicados a un pop tan colorista como las paredes de la oficina (y también vivienda) que ocupan sus responsables en Torrelodones. Desde las primeras casetes recopilatorias y singles en formato flexi, a "las más de 400 referencias que ya habremos publicado, la mitad de ellas deficitarias", calcula con las cejas apretadas junto a Montse Santalla, su pareja laboral y sentimental.
[J. R. Salas, El País, extracto]
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