Foto: Sergio López |
Eso explica que Los Secretos volviesen a llenar la Casa de Cultura de Avilés el pasado sábado 5 de mayo y que, pese al resfriado que pesaba sobre la voz de Álvaro Urquijo, terminasen saliendo por la puerta grande. Abriendo con el tema que da título a su último álbum ‘En este mundo raro’, y siguiendo con ‘Enséñame a dormir’, donde los ecos de Tom Petty se dejaron sentir con fuerza, al quinteto le costó arrancar con la facilidad que muestran habitualmente en sus comparecencias en directo. A eso no ayudó un sonido algo confuso y que el público tampoco se soltase de inmediato: expectante y casi tímido, su silencio reverencioso tras cada aplauso sirvió para que Urquijo, el teclista Jesús Redondo y el bajista Juanjo Ramos rompiesen el hielo bromeando sobre la idea de que esas cosas «nos pasan sólo a nosotros, que ya somos viejos».
Las risas saltaron y el calor escénico no tardó en hacerse notar, sobre todo cuando interpretaron los primeros temas bien conocidos por todos: ‘La calle del olvido’, ‘Pero a tu lado’, o ‘Agárrate a mí, María’, en el que el sentido recuerdo a Enrique Urquijo y sus problemas fue resuelto con maestría y cariño. Pero también con humor, a pesar de que ‘Quiero beber hasta perder el control’, ‘Te he echado de menos’ o ‘Trenes perdidos’, a priori no sugieren grandes efusiones ni fiesta.
Pero esta se desató en la recta final, con el inconfundible fraseo de ‘Buena chica’. A partir de ahí, fue un clásico detrás de otro: ‘Ojos de perdida’, ‘Déjame’, ‘Ojos de gata’, ‘Sobre un vidrio mojado’, ‘Gracias por elegirme’ o el primerizo ‘Otra tarde’. En el bis, guiños a los referentes de cada uno de los músicos como Supertramp, Jackson Browne, Elvis Presley o Antonio Vega. Su mini versión de ‘El sitio de mi recreo’, bordada por la guitarra de Ramón Arroyo, y el breve solo final del batería Santi Fernández pusieron colofón a dos horas de música. Y el auditorio, de pie entre ovaciones.
Musicalmente, Los Secretos ya no sorprenden y su esquema compositivo es el mismo que en 1985. Pero esto no quita que su secreto, valga la redundancia, esté en las buenas canciones que tienen y que siguen pariendo con mayor o menor frecuencia. Clásicas, sobrias, a base de melodía y guitarras de todo tipo y condición. Por eso ellos no pasan de moda, siguen ahí y ahí seguirán mientras la emoción entre acordes siga intacta.
Los Secretos. Casa de Cultura de Avilés. 5 de Mayo de 2012.
[Rafa Balbuena, Nuevaola80 Asturias. Foto de Sergio López]
Nota: Esta crónica se publicó extractada en el diario La Voz de Avilés-El Comercio, el 7 de mayo de 2012)
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