Abatidos pero erguidos, Ilegales nos hemos atrincherado tras nuestros instrumentos en medio de un estruendo salvador. Esa música dura nos conoce bien y nosotros la conocemos a ella; cuando nos envuelve, importan menos la inconstancia de la suerte, la certeza de la muerte, o lo que podamos perder. A diferencia del pop y su sabor dulzón, el rock siempre ha tenido un poso amargo, como el café sin azúcar, las bebidas secas, o el chocolate puro, porque canaliza emociones no siempre agradables, pero tremendamente humanas.
Nadie puede escapar de su propia naturaleza y es inevitable que tarde o temprano recuperemos nuestra actividad. Hemos decidido que sea ya: cumpliremos todos los planes y compromisos sin flaquear ni temblar. Además queremos que una persona de nuestro entorno defienda la posición del bajo, y que esa persona sea el mismo que propició la entrada de Alejandro en el grupo, después de haberla ocupado él mismo durante muchos años, con cientos de conciertos y varios discos grabados como ilegal: Willy Vijande.
Nunca se nos ha llenado la boca con las palabras rock and roll; pero entre depresión y rock and roll, hemos elegido rock and roll. Palabra de ilegal.
Firmado: Jorge Martínez (Jorge Ilegal).
[Fuente. Facebook del grupo]