Foto: Rafa Albarrán abc.es |
Todo empezó de la mano de la sala Independance, que compró la marca Rock-Ola y buscó a sus primeros responsables para ponerlos al frente del proyecto. «Como he seguido haciendo este tipo de trabajos, no lo dudé ni un segundo», dice Perandones, que ha dirigido la programación de la sala Arena durante los últimos años. «Allí tengo que ser más ecléctico, pero en el nuevo Rock-Ola programaré sólo lo que me gusta, lo cual es un placer».
La idea es ofrecer una alternativa de ocio a gente «de treinta y cuarentaytantos a los que nadie quiere hacer caso. Ahora sólo tienen dos opciones, o meterse en discotecas abarrotadas de veinteañeros, o ir a salas donde la música no les gusta. Hay un sector de ese público que está deseando encontrar una sala donde puedan escuchar los éxitos de los ochenta».
Nuevos valores
Su hermano Magín, el DJ de la sala original, pinchará hits de la década «al estilo Rock-Olero, nada de Madonna y tópicos por el estilo», dice Pepo. Además, Rock-Ola no pierde su prurito descubridor de nuevos talentos y acogerá actuaciones de bandas emergentes. «Serán conciertos pequeñitos -señala Pepo-, porque la sala no tiene la misma envergadura que la original y el escenario es bajito».
Pepo y Magín ya no trabajaban en Rock-Ola en su última etapa, cuando la mala suerte se cebó con la sala. «Primero hubo un incendio en el que se perdió el archivo de vídeos, que era enorme ya que grabábamos todos los conciertos», se lamenta Pepo. Poco después, un «mod» mató a un rocker en una pelea en la puerta del local, precipitando su cierre. Un inmerecido final triste para una leyenda que ahora tendrá una segunda oportunidad. «La diferencia es que ya no habrá escupitajos», ríe Pepo, que recuerda que el público «siempre» recibía a salivazos a los artistas. «Pero igualmente viviremos grandes veladas de pop-rock», promete. Con Mamá como primer gran atractivo (el 11 de noviembre), la cosa no empieza nada mal.
[Fuente: abc.es -Enlace original-]
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