Que le pongan el nombre de uno a un festival de jazz, no es cualquier cosa. En nuestro país, sólo dos creadores han merecido tal honor. Uno es Tete Montoliu; el otro, Larry Martin.
Manuel Martín Arriaga, por su nombre verdadero, falleció en 2013 tras larga y penosa enfermedad. Un año después, sus acólitos han querido reunirse para recordarle. El acontecimiento tuvo lugar el pasado lunes, en el auditorio Conde Duque, dentro del festival JazzMadrid 14. Fue una reunión multitudinaria, tanto “sobre” como “bajo” el escenario; toda una declaración de amor hacia quien supo inculcar la pasión por el jazz a cuantos le rodeaban.
Larry Martin es lo más parecido a un Art Blakey que hemos tenido. No sólo creó escuela, también una marca de fábrica que sus discípulos continúan explotando con Speak Jazzy. Y ahí estaban los miembros del conjunto, Domingo Sánchez, al piano; Enrique García, guitarra; Richie Ferrer, contrabajo, y Valentín Iturat, en quien recayó la responsabilidad de suplir al finado tras la batería, más Sheila Blanco, cantante de técnica depurada con tendencia a gritar, lo que parece ser ley entre las vocalistas de la casa. Gritó Sheila y gritaron quienes la sucedieron sobre el escenario, Susana Ruíz y Yoio Cuesta, estupendas las dos, y gritonas, también. Uno puede entenderlo cuando se canta Fascinating rhythm, pero no si se trata de Here's to life, canción nacida para ser susurrada que Yoio borda hasta que, por algún motivo, le vuelven a entrar las ganas de desgañitarse. Sus motivos tendrá.
Lo de Javier Elorrieta es otra cosa. A él nadie le pide que se parta las cuerdas vocales, ni él lo admitiría. Su versión de Ne me quitte pas en clave de bossa fue todo lo melancólica y deprimente que puede esperarse, por no hablar de su francés très chic. En última instancia, el concierto del lunes nos brindó la posibilidad de escuchar unas cuantas canciones memorables caídas en desuso, como Comes love o If you could see me now. Hubo también sus estrenos con la firma de Richie Ferrer —incluyendo un encomiable arreglo de I heard it through the grapevine— y una nueva demostración del talento de Moisés P. Sánchez, antaño miembro de la Larry Martin Band, y hoy toda una estrella del piano de jazz.
La fiesta terminó con los participantes reunidos sobre el escenario y Pedro Ruy-Blas poniendo su vozarrón al clásico Hit the road Jack, acompañado por las anteriormente mencionadas.
Va por ti, Larry.
[Fuente: Chema García, para ccaa.elpais.com -Enlace original-]
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