Y así se demostró en la noche del sábado. Madrid llenando hasta la bandera la sala Penélope (20/02/2012) y los Burning en boca de Johnny que lo primero que dice al dirigirse al público es “Hola chicos cuanto tiempo sin vernos, ya había ganas, que guapos y que guapas estáis” Y es que si hay un grupo que tiene garantía de lleno en Madrid ese es Burning, si hay un grupo que tiene fieles ese es Burning, si hay un grupo que sabe tratar a su gente ese es Burning.
Antes de la aparición de los Burning presenciamos el concierto acústico de Igor Paskual, guitarra de Loquillo pero mucho más que eso, un rockero que nos gana cuando desde el escenario saluda a los rokeros que nos hemos reunido, los que “somos rockeros de corazón… y odiamos a los Planetas” ese momento y cuando presenta a su banda (que no tenía, era para verlo, detrás estaban montados la batería y los amplis de Burning y él señalaba al vacío y presentaba a un miembro) una banda imaginaria de “sangre real”. No voy a contaros lo que dice por si vais a verle que os sorprenda y os haga reír como hizo con todos los presentes, solo deciros que el apellido del batería era Marichalar y el del bajista Urdangarín, imaginad…
Se presenta acompañado de Ángel Miguel que toca la guitarra, la mandolina y el dobro y además hace unos coros muy buenos. El resto de su banda, que la tiene, no estaba esta vez pues como os digo nos ofreció un formato acústico. Trae bajo al brazo su disco “Equilibrio inestable” que como él mismo definió habla del difícil equilibrio entre el “orden diurno… y el desorden nocturno” y así lo demuestra con temas de unas letras exquisitas “Bebemos”, “Pierdo la calma” el sentido “Volver”, “Tus amigos” o el que más coreaba los muchos fieles que reunió en las primeras filas “El peor novio del mundo” Lo cierto es que no le conocíamos y nos dejó buen sabor de boca, habrá que estar atentos a este rockero asturiano e indomable, rockero de corazón.
Y llega el momento, hay que reencontrase con los Burning que llegó la noche y el tiempo es del rock and roll. Cachito sale arrancando ovaciones para ir dando paso a la banda, el querido Pitu sin su rubia melena y el Pinilla con una barbita recortada podrían ser los únicos cambios de la banda porque lo demás ya lo sabéis, un concierto de Burning es una clase de rock and roll, de amor a los barrios de Madrid, de bandas sonoras de las vidas de muchos presentes y por encima de todo una fiesta.
Por poner alguna pega algo que nunca he comentado pero siempre pienso, no me mola como disponen el escenario, el ampli del Pitu en el suelo delante de la batería, el de Carlos a un lado de la tarima de la bataca y solo Pinilla escora a un lado su equipo para que aquello no parezca un baratillo de amplis, igual había que cuidar eso un poco pero todo lo demás, todo lo demás es el rock and roll en estado puro.
Siempre bromea el Johnny con el nombre de la sala cuando está en Penelope, lo cierto es que es un poco la casa de ellos, hubo quien aseguraba que debía ser obligatorio al menos un concierto al mes de Burning en Penélope para que Madrid fuese Madrid. A mí no me pareció descabellado. Estoy seguro que más del 90 % de los presentes iríamos mes tras mes a verlos y es que, lo he dicho muchas veces, Burning es religión
Pero lo más interesante de la noche fue que pudimos escuchar bastantes temas nuevos de ellos (“Dolor” “Bestia Azul” “Tu te lo llevas todo” “Star star” “Willy Dixon”) y que lo que se comenta es que el mes que viene entrar a grabar. Si, habéis leído bien, ¡se viene un nuevo trabajo de Burnig! Eso es lo que nos tiene inquietos a la parroquia de los Burning, ya que desde 2002 no tenemos nuevos temas que llevarnos al tímpano, nos han mantenido con directos y acústicos y ya es hora de que salga algo nuevo que, por lo oído esa noche es Burning 100 %. A medida que sonaba un tema nuevo me cautivaba, “Dolor” tiene toda la sensualidad de Burning, el propio Johnny dijo del tema, “me mola, es maricona ¿no? Pero mola” “Bestia Azul” es mucho mas movida, puede ser un clásico en los próximos años pero para mí la palma se la lleva “Star star” que es mas stoniana que los Stones pero con la chulería madrileña de los Burning, un temazo.
La noche pasó volando y ni el carnaval se atrevió a hacer sombra al rock and roll, con deciros que solamente vi a cuatro tíos disfrazados y su disfraz hablaba de su amor al rock, iban de Blues Brothers, Lo demás fue cuero, vaquero y sudor que si tocan los Burning nadie disfraza el rock and roll.
[Oscar Lujuria para mariscalrock.com]
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