8 nov 2010
Rock & Roll Trío perpetúa los temas de Los Hurones
Rock&Roll Trío, la banda tributo al líder de Los Hurones, de Los Tigres y en definitiva de los rockers murcianos, Jota Cassinello -de cuyo fallecimiento se cumplen 17 años estos días-, formada por algunos de sus compañeros de batallas, realizó el viernes su segunda aparición en escena, tras el breve aperitivo de 5 canciones en marzo.
Nuevamente en Molina de Segura, esta vez en el pub Guanábana Jam, muy concurrido desde el principio, encontrando numerosos tupés, principalmente de rockers calasparreños venidos para la ocasión, fieles como siempre; una audiencia femenina destacable; algún que otro músico (Petty, Joaquín Talismán, José Filemón); y por supuesto la familia Cassinello.
La primera sorpresa es que el nombre del grupo se ha quedado obsoleto. Sobre la sólida base que tejen los ex-Hurones y ex-Tigres José Juan Palacios 'Mangas' (batería) y Javi Toral (contrabajo) construye Antonio Cassinello su buen hacer a la guitarra y voz, con el esfuerzo que supone viniendo como es su caso del pop (al cual por lo visto no piensa volver: el rock'n'roll es un camino de ida, no hay billete de vuelta). Pero atención, el trío ahora es cuarteto, pues se ha subido al tren otro hurón histórico, el brillante saxofonista Jesús Martés. Este hombre es espectacular, lleva las canciones a otra dimensión.
Sonido limpio y compacto para un set de más de una hora en el que, paradójicamente, hay pocos temas de Hurones (algunos de ellos versiones): Luci, Es joven, es guapa y es mía, Cadillac con sus sobresalientes coros, un majestuoso Apretada con el saxo de Martés sobrevolando la sala, Nunca jamás y el divertido country Fuma, fuma (la letra de la que más orgulloso estaba Jota). De Los Tigres, Stupidity y creo que Cada día también cayó.
El resto, un buen manojo de versiones de la tradición del rock'n'roll, con pinceladas de soul. Elvis Presley (True love), Joe Cocker (You are so beautiful), Louis Armstrong (What a wonderful world), Albert Lee (Tear it up) y otros fueron desfilando en un ambiente de fiesta, con los rockers agitados y las chicas ocupando la parte central para transformarla en una pista de baile (como en los antiguos disco-pubs, ¿recordáis?).
La cara del Mangas expresa a la perfección cuánto disfruta volviendo a tocar, tras un extenso paréntesis. Está hecho un chaval, con su tupé repeinado como antaño.
[César Sánchez, Murciaenlos80]
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