El próximo 25 de junio se publica el primer libro dedicado exclusivamente a los padres indiscutibles del Rock Estatal, 'Maneras de vivir. Leño y el origen del rock urbano' es la voluminosa biografía coral coordinada por Kike Babas & Kike Turrón. Más cien voces diferentes (músicos, periodistas, productores, managers, técnicos) rememoran las vivencias que tuvieron junto al grupo, retratando, ya no solo el nacimiento y muerte de Leño, si no el origen y desarrollo del rock urbano en este país. Os dejamos un extracto del capítulo 1 que podéis descargar en este PDF y leer un poco más abajo. El libro se puede reservar ya en pagina-1.es. Los 200 primeros pedidos se llevarán un ejemplar firmado por Tony, Ramiro y Rosendo. Paralelamente el mismo día 25, se edita la caja 'Leño 1978-1983', que reúne toda su discografía más los temas extras aparecidos en dos singles y un directo de la época.
Extracto del primer capítulo del libro:
1978: NI LA BANDA TRAPERA DEL RÍO, NI RAMONCÍN, NI KAKA DE LUX
Ramiro: Con La Banda Trapera del Río tampoco tocamos nunca... los oíamos, simplemente. Estuve casi a punto de ser batería de Ramoncín, pero Leño nunca tocamos con él.
Ramoncín: No sé por qué Ramiro no se pudo incorporar al grupo, pero estoy seguro de que era algo que me hubiese gustado y mucho. Seguramente la proximidad en el espacio y el tiempo y el círculo de músicos y amigos lo habría hecho posible. Ramiro me gustaba mucho, creo que era uno de los mejores, sino el mejor, de los baterías rockeros al estilo de los que tocan en trío. Muy Kenny Jones, contundente, sereno, preciso... En cualquier caso, habría sido explosivo y hubiese contribuido a iluminar mis canciones.
Morfi Grey (entonces cantante de La Banda Trapera del Río): A los Leño los escuchábamos. Desde aquí se veía un buen panorama, era una época primigenia, todo surgía y era muy bonito ver aprender a caminar al rock en castellano. Cuando entró el nacionalismo catalán, todas las compañías discográficas importantes, que tenían sus oficinas aquí en Cataluña se marcharon a Madrid: CBS, EMI o Zafiro. Ñu, Paracelso, Leño y Burning eran grupos que teníamos en cuenta. Madrid era mejor lugar que Cataluña para reivindicar el rock and roll como medio de expresión, aquí lo teníamos complicado con todos estos asquerosos de La Nova Cançó y la madre que los parió. No los vi en directo, pero hay una anécdota, el Tío Modes, que en paz descanse, era un guitarrista autodidacta y no admiraba a ningún guitarra, tenía un carácter agrio y decía que todos los guitarristas le sudaban la polla, pero siempre sintió devoción por Rory Gallagher y por Rosendo, creo que por nadie más. Siempre tuvimos verdaderos problemas para encontrar un guitarra rítmico, quería algo parecido a esos dos, Rory o Rosendo, y eso no era cosa fácil de encontrar. Nuestra admiración por Leño era clara, nos gustaba el rock puro y duro, ese rock recogido desde las esencias más primitivas, el blues y cosas así. Sus letras trataban una realidad social que también vivíamos aquí. En nuestro barrio, sobre todo, se escuchaban Los Chunguitos y Los Chichos, pero en los juke box estaban Leño. Sus letras eran más asequibles que las nuestras para las radio fórmulas, ese fue un error, entre comillas, que cometimos, ambos hablábamos de lo mismo, pero ellos de una manera y nosotros de otra. Nosotros fuimos repudiados por la industria por ese motivo. Reconocíamos admiración no solo de Rosendo, también por Ramiro y Tony, una admiración especial porque eran un trío, y eso suponía que ellos dos tenían que dotar a las canciones de una atmosfera muy difícil de lograr, un potencial que solo músicos muy preparados y con una sensibilidad especial pueden llegar a lograr.
Ramiro: Una vez en un colegio mayor de Madrid compartimos cartel con Kaka de Luxe. Tocábamos nosotros primero, ellos eran la cabeza del cartel, date cuenta que era la zona de las universidades, allí estaban al tanto de lo moderno... y nosotros no éramos modernos. El caso es que a Chiqui le dio una descarga brutal a mitad del repertorio. En el labio tenía marcada la rejilla del micro y en los dedos la marca de las cuerdas.
Alaska (entonces guitarrista de Kaka de Lux): Creo que fue un concierto organizado por LaCochu, un colectivo de agitación que tenía sede en Augusto Figueroa y editaba fanzines y se convirtieron en oficina de "managers" (por decir algo) de Kaka de Luxe. El Zurdo formaba parte de LaCochu y así es como los conocimos. El flyer era un dibujo de Pejo, otro de los miembros del colectivo. Uno de Leño casi se electrocuta, la típica derivación de corriente.
Rosendo: Fuimos a probar por la mañana. Cuando nos íbamos, llegaron y nos pidieron los amplis ya que ellos no traían nada. Les dijimos que vale, les mostramos lo que era y nos largamos a comer. Mi Marshall estaba en standby, o sea, encendido, pero con ese botón pulsado. Cuando llegamos de comer seguían allí, mirando la cabeza del ampli, dándola golpecillos a ver si sonaba. Me vieron y me dijeron que no funcionaba. Le quité el standby y sonó. No tenían ni puta idea de lo que era un ampli. Alaska era una cría. Creo que cuando llegamos de comer estaban un poco mosqueados pensando que les habíamos hecho algún truco para que no sonase el equipo... la verdad es que no nos hacía gracia dejárselo.
Alaska: Eso sí refleja la fractura "moral" entre Kaka de Luxe y los grupos con los que tocábamos, que los pobres siempre nos tenían que dejar el equipo. Por ejemplo Manolo Tena, en Cucharada, estaba desesperado con nuestra actitud. Pero es que realmente no nos importaba no saber hacer funcionar un amplificador, ni nos daba vergüenza reconocerlo. Claro, no sé qué edad tendrían estas personas, pero yo tenía 14 años y los encontraba muy mayores, no sólo por lo físico, sino por la actitud, muy setentas en cuanto a la visión de la música, del rock y del músico. Kaka de Lux y Leño éramos mundos distintos. Nosotros partíamos del rock a través de algo muy colorista como el glam, o muy oscuro como la Velvet Underground. Musicalmente vivíamos con convicción la idea de que los solos de guitarra y batería y las jam sessions, que se estilaba mucho todavía, eran un coñazo para demostrar un virtuosismo innecesario. Pero sí tengo que decir que, aunque las etiquetas son odiosas, los dos pertenecíamos a eso que se llamó Rock Urbano, en contraposición al hippismo y buen rollo de nuestros hermanos mayores. Y cuando hablo del Rock Urbano no me quedo con el cliché de chicos de barrio robando coches, como El Vaquilla, sino con la idea de un acercamiento totalmente urbano en la actitud, la imagen y las letras.
Fernando Márquez "El Zurdo" (entonces cantante de Kaka de Lux): En marzo de 1978 actuamos en Psicología con un agüero más bien funesto: al público no le gustó la cosa y nos llamó «imperialistas» e «integrados», a lo que yo respondí con los habituales libros, aviones, imperdibles y bombas de mano; aparte, el sonido resultó espantoso debido a la resonancia del local. Como colofón del día negro, los Leño, que tocaron después, y como había problemas de cables, se llevaron unos cuantos calambrazos, se electrocutaron bastante y tal.
Rosendo: Nos llevamos a Chiqui corriendo a un hospital, le curaron y regresamos para terminar el concierto... Imagino que durante este rato tocarían Kaka de Lux o algo.
[Fuente: manerasdevivir.com]
¿Por favor, podéis poner el nombre bien? es ¡¡KAKA DE LUXE!! Menos mal que este es el portal de la Nueva Ola...
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