La editorial Los 80 pasan factura acaba de publicar la historia del grupo de rock grancanario Teclados Fritos contada por su vocalista José María Suárez, que en poco más de 60 páginas resume las aventuras y desventuras de esta histórica banda. El libro es un relato corto de las andanzas de este cuarteto que formaron Jaime Llorca (teclados, voz); Emilio Molina (batería); Manolo Benítez (guitarra, coros, ex Enemigos) y José María Suárez (bajo, voz), autor de este Teclados Fritos. Aventuras y desventuras de una banda de rock'n'roll y que se ajusta a los acontecimientos más destacados que protagonizó este grupo desde sus inicios y hasta su final. La brevedad con la que Suárez ha condensado los más de diez años de vida de Teclados tienen su lado bueno (se lee del tirón, casi de una sentada) y su lado malo (uno se queda con ganas de saber más cosas, de conocer la intrahistoria).
El libro incluye también un disco con nueve canciones grabadas en Radio Popular durante 1977. Son canciones propias (más una versión de los Rolling Stones) que nunca vieron la luz, temas cantados en inglés y que dan buena cuenta del rock progresivo que defendía esta banda grancanaria. Sólo una de esas canciones, Memorial Arch, fue traducida posteriormente e incluida en el primer disco de Teclados Fritos con el nombre de Dragón. En aquella ocasión Pepe Torres tocaba la batería. Las cintas estaban en el archivo de José Orive (crítico musical de CANARIAS7), fueron grabadas por el técnico Vicente Torres y fueron digitalizadas por Tino Arroyo después de que Javier Vázquez mejorara su sonido original.
José María Suárez cuenta casi todo lo que hizo de Teclados Fritos una de las bandas más importantes que ha dado el rock canario. Desde sus primeros conciertos, como Teclados Varios, hasta sus aventuras en Madrid, donde terminaron haciendo de músicos para otras bandas. El libro, excelente documento que retrata una época explosiva y de cambios, también incluye archivos fotográficos de incalculable valor, como aquellas primeras apariciones de la banda, precursora en las performances, y en las que todos sus componentes salían al escenario maquillados y disfrazados, mostrando las influencias del glam rock, de otros grupos sajones como The Sensational Alex Harvey Band, a los que Suárez vio en Londres: «Aluciné», escribe sobre aquel concierto que cambió su manera de entender la música en vivo.
El libro forma parte de la colección Los 80 pasan factura, un idea impulsada por el tinerfeño Yotti Delgado y de la que ya forman parte ediciones como Grandes éxitos (Vicente Martín Abreu), Degeneración (Alberto Trol Montero) y Por ahí te pudras. Devocionario (de Miguel Díaz Padre Zurda). Escrito por Chema Suárez, cantante y bajista de Teclados Fritos, el libro relata «la historia del grupo, desde que empezamos hasta el final, pero como si fuera un cuento, con los acontecimientos más relevantes, las anécdotas. Lo que intenté fue que cualquiera que lo leyera, independientemente de que sepa quienes somos, se divierta un rato».
Las imágenes de unos jóvenes Prana (en 1976 y con el nombre de Los Pachuli), de sus primeros conciertos en La Gallera, la Mutua Guanarteme, las que inmortalizan su paso por el Teatro Pérez Galdós (31 de julio de 1978) o un concierto a plena luz de l día en La Palma, se mezclan con el relato sencillo y cercano de Suárez, que hilvana acontecimientos como el que cuenta su vida en la barra de un bar, con gracia y mucho ritmo. La iniciativa surge en el momento en el que «un fan de la banda se pone en contacto conmigo a través de la página web, quería alguna referencia del grupo, así que me puse a buscar cosas hasta que Vicente Martín (periodista musical) me animó a que le diera formato de libro. Él me puso luego en contacto con Yotti y aquí estamos».
La tarea no fue sencilla, «tuve que volver 30 años atrás en el tiempo, hay cosas de las que ni me acordaba, pero todo lo que se cuenta es verdad. No traté de hacer algo minucioso, contar la historia de manera cronológica, pero resume en apenas 60 páginas lo que fue Teclados Fritos», afirma Chema.
Tras el concierto de despedida que el grupo dio en el Colegio Salesianos, junto a United, Prana, Xercos y La Banda Mecánica, el grupo tomó la determinación de emigrar a Madrid, instalándose primero en un chalet de las afueras de Madrid, en el Álamo, erigiendo una especia de comuna. Luego llegarían los tiempos de las decepciones con las discográficas, la irrupción de la Movida y las mudanzas al centro de Madrid. Conciertos imposibles, viajes llenos de contratiempos por carreteras secundarias, encuentros fugaces con mitos del rock ochentero, la gira con Tapones Bicente y los Ilegales, la primera actuación en el Rockola y cuando compartieron escenario con Teddy Bautista conducen a Chema Suárez hacia el final de la historia, que se cierra con la grabación de un disco con Paula Molina y el comienzo de otra historia, la de Besos Rabiosos, que deja abierta una puerta, como las películas que evidencian que habrá secuela.
[canarias7.es]
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