El fotógrafo Juan José Romero (Rute, Córdoba, 1965) ha fallecido dejando tras de sí un legado visual profundamente íntimo y brutalmente honesto, marcado por su mirada única sobre los márgenes, la música y sus propios demonios. Su muerte le ha llegado cuando su última exposición, 'La sombra al acecho', sigue activa en la galería La Inaudita hasta el próximo 8 de junio.
Romero fue una figura esencial de la escena cultural cordobesa desde los años 80, cuando se convirtió en uno de los principales cronistas visuales de la movida local en los años del Varsovia. Además, logró dar el salto y captar con su objetivo a artistas como Vicente Amigo, Los Planetas, Enrique Morente o Ana Curra. Trabajó también como fotoperiodista en medios como Diario Córdoba, aunque su trabajo trascendía los márgenes del reportaje. Protagonizó numerosas exposiciones, aunque también pasó periodos de silencio, marcados por su devenir vital. En sus últimos años, su obra se tornó aún más personal, íntima y desgarradora. Su muestra 'Los días oscuros', que se exhibió el año pasado en Iznájar tras nueve años de silencio expositivo, es testimonio de una travesía vital marcada por la adicción a la heroína.
Romero pasó varias temporadas en Proyecto Hombre. De esa experiencia, de ese intento de redención y recomposición, nace también 'La sombra al acecho', que se puede ver hasta el 8 de junio en La Inaudita. Con ella, el fotógrafo ahonda en la memoria y el cuerpo, transformando la sombra propia —la adicción, la caída, el miedo— en un lenguaje estético tan bello como brutal. Imágenes analógicas y digitales dialogan entre sí en un ejercicio de exorcismo y autoconocimiento.
Romero nunca se consideró un gran fotógrafo. “Me vale con ser mediocre”, decía en una publicación reciente. Pero su obra desmiente cualquier falsa modestia: más de 50 exposiciones —entre individuales y colectivas—, una forma de preparar cada imagen desde la reflexión, y una pasión que nunca abandonó, ni siquiera en los momentos más oscuros. “Soy y seré un yonqui que captura imágenes”, escribió hace un año. La fotografía, su droga incurable, fue también su redención. El artista ha fallecido dejando un inmenso legado fotográfico por el que convendría que alguna administración pública se interesara, en tanto a que su cámara ha sido testimonio de la contracultura cordobesa de las últimas cuatro décadas.
En palabras de la periodista y crítica cultural Carmen K. Salmerón, “Juan José Romero sabe de demonios, de angustias, de infiernos —los que ha vivido— y del ojo mecánico como extensión del ojo fijo”.
Este sábado a las 12:00, habrá un homenaje de amigos y conocidos en La Inaudita, según indican fuentes del entorno de Romero.
[Fuente: cordopolis.eldiario.es -Enlace original-]
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