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31 dic 2007

Presentación oficial de la biografía de Tino Casal. Fnac Siero, Asturias. 13.12.2007

Mientras encaramos el fin de la década del 2000 el panorama musical actual de este país es terrible. Algo falla cuando los figurines mediáticos son clones descarados de horteras melódico-setenteros y grupos de revival que no llegan a la suela de los zapatos de sus ídolos. Acostumbrados como estamos a vacuidades musicales de todo tipo, se agradece de verdad que alguien se tome la molestia de recuperar una de las figuras más excesivas y carismáticas no ya de los años 80, sino de la historia global del pop hecho en castellano.

Gerardo Quintana, periodista, se acercó a Asturias el pasado 13 de diciembre para presentar en la FNAC su libro “Tino Casal, más allá del embrujo” y allí se dio cita una comitiva variopinta que quería rendir tributo a la memoria del inimitable ovetense. Y en esta ocasión y para alegría de todos, allí no cabía un alma: familiares emocionados, amigos de la infancia, miembros de grupos míticos como Los Espectros, Los Zafiros Negros o Los Archiduques, periodistas que le conocieron en vida, compañeros de esa lacra que era la mili (!), artistas varios y muchos, muchísimos admiradores que no querían perder la oportunidad de preguntar lo que siempre quisieron saber de Tino y que ahora podían hacerlo en un ambiente apropiado: emotivo, divertido, respetuoso y, en tres palabras, lleno de cariño. Cariño a un personaje cuya trayectoria era necesario poner en letra de molde. Pero del libro en sí hablaremos en otra ocasión.

El acto fue presentado por el periodista Javier Blanco, conocedor privilegiado del panorama que abarca la obra. Dio la palabra al autor tras el visionado del vídeoclip de “Eloise”, cumbre del mejor Tino Casal y excelente aperitivo para un evento que se prolongó por más de dos horas y en el que se habló de lo divino y lo humano, todo en torno a Casal. Imposible recoger todas las anécdotas que allí se contaron. Baste decir que se habló de la habilidad de Tino para componer de oído piezas pop inolvidables. De su hiperactividad y clarividencia como pintor, escultor, diseñador gráfico y creador de espacios comerciales. Del carisma que irradiaba incluso desde la postración de una silla de ruedas durante su enfermedad. O de las indescriptibles vivencias en el cuartel leonés de El Ferral de Bernesga, donde Casal hizo un servicio militar psicotrónico, zafándose de cortarse el pelo, diseñando escudos castrenses y obteniendo permisos inauditos para un recluta que llamaba escopeta al reglamentario fusil cetme. También se hizo extensa mención a su labor de productor polifacético, como lo fue de Obús, Goma de Mascar, Vídeo o Tacones, de los que Quintana presentó varias piezas originales del artwork que Casal creó para sus discos (véase la foto adjunta). Todo ello en una época en que los ordenadores personales eran poco menos que quimeras de Julio Verne.

Tras un montón de vivencias, reflexiones y hechos contrastados, Gerardo Quintana tuvo unas palabras de agradecimiento a la familia Casal, de la que asegura sentirse parte tras todo el cariño que han volcado en el proyecto. Las caras emocionadas y orgullosas de Conchita y Maritina (hermanas de Tino presentes en el acto, naturalmente) podrían ser el perfecto epílogo al mismo, que finalizó con una firma de ejemplares del libro. Libro que es un sincero homenaje a “un hombre renacentista del que muy pocos supieron ver toda la complejidad que cargaba consigo, por encima de su imagen y sus éxitos”. Así fue definido Tino Casal durante la charla y no seré yo quien lo contradiga.

Casal murió en 1991, pero gracias a sus discos y a este libro su memoria sobrevivirá siempre. Y se le recordará como un hombre afable con una vida interior riquísima, y ante todo como una buena persona en el recuerdo de cuantos le conocieron. ¿Se puede aspirar a más? Lo dudo.

Por Rafa A. Balbuena.

Enlaces relacionados:
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www.librotinocasal.com

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