Con nada más y nada menos que 714 páginas, esta publicación funciona como una auténtica enciclopedia de bandas, actuaciones, discos, anécdotas y datos de una escena. Pero, ¿qué tipo de música se puede encontrar en su interior? Pues punk, hardcore, metal, trash, grindocre...Pero la etiqueta de consenso es "música extremista". Lo explica Von Rivers en la introducción y también en conversación con cuartopoder. “Distingo entre extremista y extremo, creo que lo primero es lo que define mejor la tendencia de una parte de la música punk, hardcore y metal de los años 80. En esa época hay una serie de géneros y subgéneros que van tirando hacia la crudeza. Son subgéneros cada vez más crudos, más extremos y radicales. El concepto, en todo caso, va cambiando según la época y según una parte del público vaya asentando esos sonidos. Muchos grupos pueden ser considerados extremistas a principios de los 80 pero a finales ya no lo eran porque se había aceptado e integrado esa agresividad”, afirma.
¿Qué características generales tenían este tipo de grupos? El escritor pone algunos ejemplos: “Ser desde grupos muy rápidos con canciones muy cortas, grupos muy lentos con canciones muy largas, uso de la voz con el recurso del grito, guitarras muy distorsionadas, frecuencias muy graves o agudas, ambas cosas juntas, producciones muy crudas y humildes….y luego toda una serie de contenidos en las letras de denuncia política”.
Von Rivers explica que llevaba bastante tiempo queriendo hacer algo para preservar la historia de determinados grupos que sentía que no estaban siendo cubiertos bibliográficamente. Empezó a escribirlo en 2011 pero reciclando material de cosas que había hecho anteriormente. En todo este tiempo vio que se publicaban cosas sobre todo de escenas regionales, especialmente de Barcelona, Euskadi o Valencia. “Vi que se iba llenando ese hueco pero no lo correspondiente a este tipo de grupos más underground o extremistas. Este tipo de grupos han sido maltratados, cuando aparecían en otros libros se hacía de manera desnaturalizada, sin atender al contexto de la época y sobre todo, a las influencias externas”, afirma. En la introducción del libro se explica la importancia de las influencias extranjeras. “Por eso digo que no pueden ser considerados grupos demasiado autóctonos, de ahí el título del libro donde juego con lo de noise. Tuvieron mucha influencia de bandas de fuera”.
La lista de grupos que aparecen en la publicación es interminable. Difícil destacar algunos pocos. Pero Von Rivers pone en valor la relevancia de las bandas vascas Tortura Sistematika y su continuación, Ruido De Rabia. “Los considero el hilo conductor por la evolución que tienen. Los considero equivalentes narrativos a los británicos Napalm Death, porque son grupos que empiezan en el ámbito del hardcore-punk, eran los pioneros del género en el Estado, hacían hardcore muy crudo, rudimentario, muy marciano para la época. Estaban vinculados sobre todo al universo de la autogestión y los fanzines. Luego pasan a ser Ruido de Rabia, que van cogiendo influencias del metal”, explica.
Otra de las bandas importantes que aparecen son, también desde Euskadi, los RIP. “Era un punk que rozaba el hardcore británico, a principios de lo 80. A los punks que buscaban sonidos más directos les gustaban. Luego tuvieron una influencia más melódica, por así decirlo”, señala. De Catalunya destacan, por ejemplo, Anti/Dogmatics, grupo de punk y luego de hardcore, muy activos en 1984, o HHH, “un grupo que empezaron siendo tres amigos, aislados de las principales escenas, siempre fieles a sus principios y que tuvieron cierta repercusión internacional”. Por mencionar algún grupo más, nos quedamos con otros que aparecen destacados en la contraportada del libro: Attak, Frenopatics, IV Reich, Subterranean Kids, Último Gobierno, Máximo Volumen, Anestesia, El Kaso Urkijo….
[Fuente: Miguel Muñoz para cuartopoder.es -Enlace original-]