Foto: Juan Expósito |
La Región de Murcia, especialmente Cartagena, su ciudad natal, dijo ayer adiós a un vocalista de casta único en su género, un auténtica alma negra de espíritu libre que ponía voz a las composiciones de la banda Ferroblues. Algo que le sirvió para ser músico de cabecera de toda una generación que gracias a él pudo sentir que escuchaba a James Brown sin la necesidad de cruzar el charco.
Amador era la impronta de este grupo de amigos al que la música unió para no separarlos nunca, porque sus canciones ya son inmortales en el imaginario colectivo. Y es que, pese a su pérdida, su característico tono de voz seguirá sonando en temas como 'The Passing Time', 'Things Get Better' o 'Try!'.
La vida de Amador Blaya dijo adiós el 22 de Septiembre, a los 56 años, tras luchar contra una enfermedad de aquellas que te matan por dentro. Decenas de músicos, familiares y amigos acudieron el sábado más triste de la escena murciana para regalarle una última despedida repleta de recuerdos y anécdotas interminables a este hombre que ha muerto y vivido en este mundo como un verdadero bluesman. Su cuerpo fue incinerado, al día siguiente, en un encuentro íntimo en el Tanatorio Estavesa de Cartagena.
Quienes tuvieron el privilegio de acompañar con sus instrumentos la voz de este genio local de la música reconocieron que «hasta los negros decían que Amador tenía voz negra». Para Ferroblues, uno de los pocos grupos que hacía blues en España en su época, Amador era visto como un filósofo de la vida, que vivía prácticamente en la noche y que siempre estaba dispuesto a reglar consejos y citas que marcan en la barra del bar con una whisky on the rocks en la mano.
«Él tenía un don único para la música, era capaz de picotear de cualquier lado y procesarlo todo en su mente para soltar su voz con cierto humor a través de la noche. Y todo ello lo conseguía hacer de una manera sensual con una forma de ver las cosas muy caleidoscópica», destacan quienes compartieron tablas y horas de furgoneta por las carreteras tortuosas de media España.
Ferroblues fue para este músico el salvoconducto perfecto para dar a conocer su atronadora voz por diversos escenarios de la geografía nacional.
La banda formada en la segunda mitad de los ochenta giró por los templos del soul de sitios como Cerdanyola, Ferrol, Tres Cantos, Castellón y la Región de Murcia, donde fueron profetas y precursores de la música negra gracias a su inconfundible sonido plasmado en discos como 'Mondongo' (1996) y 'Blind Lizard' (2000). Entre los festivales por los que ha sonado el aullido de Amador destacan La Mar de Músicas de Cartagena, el Jazz de San Javier y la Primavera de la Universidad Autónoma de Madrid.
El legado de Amador no queda en Ferroblues, ya que también participó en otras formaciones como Soul Finger, incluso cantaba en castellano. «En la intimidad hasta se atrevía a interpretar boleros, tangos y rancheras», desvelan unos músicos que ya son admiradores tras la irreparable falta del que hoy ya es un mito de la música. La partitura en clave de Sol deja hoy un silencio de largo tempo que ya sólo se podrá recuperar al desempolvar las viejas canciones de la auténtica voz negra del Sureste.
[Fuente: laopiniondemurcia.es -Enlace original-]