Nunca los Tennessee hicieron tanto honor a su nombre. El regusto country (con Fernando Calderón y Michel M. Fontana al frente de las guitarras) impregna el nuevo álbum de los antaño jovenzuelos del sur ... de la provincia de Madrid.
Este disco (Swing & Roll) tiene swing, pero no, no hay ‘big bands’, ni nada parecido. A pesar de que trepidantes composiciones propias (retomadas de su época Swingland / Club 47) como “Mister Rocket” o “Hey Señorina” (aquí “Mal De Amor”) han transformado su espíritu swing’n’roll en uno más country’n’roll, o tex-mex-duduá, o aunque quien escribe eche en falta a ratos el casi siempre agradecido sonido del saxofón, este disco “tiene swing”. Sí, y también tiene “roll”, un ritmo rockanrolero de principio a fin, además de una exquisita producción, y una muy cuidada presentación.
Y tiene más cosas ... A través del tamiz de Dick Brave & co. la presencia de Michael Jackson (“Black Or White”), y Avril Lavigne (“Complicated”), sí, sí, como lo oyen; por cierto, versiones “en cristiano” de ambos temas están esperando mejores tiempos para las “lyrics”. No le falta, además de algunas sorpresas, la armónica -“de blues”- de Luis Farnox (El Mecánico Del Swing), quien también es el encargado del diseño.
Contiene, asimismo, una preciosa revisión a’cappella de su versión del clásico "Blue Moon” presente ya en aquel primer álbum, hace un cuarto de siglo. Igualmente a’cappella es la fabulosa versión de otro clásico de la Rock and Roll Age, “Buzz, Buzz, Buzz”, -aquí con un “zumbido” menos- por cierto, el pegadizo “soniquete” de canciones como “Buzz Buzz A Diddle It” o sobre todo “Speedo” nos es recordado magníficamente en la endiablada “Guitar Blues”, y ¿sabes qué? si tus pies no se disparan hacia las mil danzas al escucharla o al oír los frenéticos compases de “Oso Yodelee” (que hace virtuosismo de su montañés nombre), de “Sexo, Amor y Swing” o de las ya citadas, llama enseguida a tu enterrador de confianza.
En un plano más suave, si el legendario Roy Orbison pudiera componer una melodía junto a los delicados Fleetwoods, quizás crearía algo muy parecido a “¿Qué Me Está Pasando?” Bueno, Tennessee lo ha hecho por ellos, y para nosotros. Y tampoco falta la “clásica” balada tenesiana, “Sólo Una Vez Más”, y yo, como sus muchos fans, espero que haya bastantes más ocasiones de escuchar nuevas composiciones y adaptaciones a cargo de los, por algunos llamados, Boppers españoles. Y es que, como dice la letra: “... no te puedes parar ... la vida sigue ... olvida el qué dirán ...”
En esta época de grave crisis de la economía, de “Grandes Hermanos”, y sobre todo de internet, hay que ingeniárselas para grabar música y ganar algo con ello, aparte de la satisfacción de un largo trabajo bien hecho, como es éste. Espero y deseo, como me consta que les ocurre a ellos, que la red de redes y las nuevas o viejas tecnologías puedan servir para brindarnos material de Tennessee, como el que nos ocupa, y en el que tanta ilusión sé que se ha puesto.
¿Y qué queda de los Tennessee de antes, de los de casa, de los de siempre? Pues mentiría totalmente si dijera que nada, pues su simpatía y encanto personal siguen intactos, y aunque la frescura y los éxitos de los veinte años han dado paso a una enriquecida experiencia musical, sus duduantes “acapelas” y armonías vocales no se han ido, y abren y cierran el disco, además de recorrerlo; aunque creo que también faltaría a la verdad si afirmo que a los fans de casa, ... a los de siempre, no les van a parecer algo escasas; pero que no cunda el pánico, ni mucho menos, porque Roberto, Amancio e Isidro (que nunca han detenido su actividad en el mundo de la música) continúan tremendamente entusiasmados -y sabiamente acompañados- con sus armoniosos proyectos doowoperos, en este siglo XXI, cuya primera década, (que vio el regreso de Tennessee) está cerca de completarse. En fin, ¡qué mejor manera de celebrar 30 años de carrera que con este esperadísimo “Swing & Roll”!
En definitiva ¿a quién puede gustar más este CD de Tennessee? ¿al fan del rockabilly?, ¿al del doo-wop?, ¿al del country?, ¿al del swing?, ¿al del pop?, ¿al de la ‘americana’?, ¿al de Tennessee? Quizás a ninguno, posiblemente a todos, pero desde luego a este fan del rock and roll no le cansa escuchar una y otra vez la docena de pistas del flamante compact disc. Así que, es muy probable que si no te haces con él, (a través, por cierto, de su pagina web, Tennessee.es) acabes arrepintiéndote de veras.
[Emiliano M.A., rockers.es]
Cae el muro de Berlín. Se publica el Like a prayer de Madonna. Series como Cheers o Brigada Central ocupan la parrilla televisiva. Arantxa Sánchez Vicario gana su primer Roland Garros. ¿Se acuerda? 1989. Ese año, el barrio de Malasaña, uno de los epicentros de la escena musical española, languidece entre rockeros resacosos de la movida.
